4ª.-
"DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS
ABANDONADO?. Mc
15, 33-40
Esta palabra nos descubre una de las principales circunstancias
que intervinieron en la sagrada Pasión, por la cual entendemos la grandeza de
los dolores que el Salvador en ella padeció...
...El mismo cerró las puertas a todas las maneras de
consolaciones que le podían venir del cielo y de la tierra, de su Padre
soberano y de sí mismo. Y esto es lo que El significó cuando en el salmo (68,3)
dijo que estaba sumido en lo profundo de las aguas y que no hallaba sobre qué
hacer pie, porque no había en el cielo ni en la tierra ningún linaje de alivio
que mitigase la fuerza de sus dolores...
Dios mío, ¿por qué me desamparaste?. Este fue el más
triste canto y la dolorosa voz que se oyó jamás en todas las generaciones.
Canten los profetas los dolores que sintieron por los males del mundo, levante
la voz Jeremías en sus lamentaciones, suenen por todas partes cantares de
dolor, que ésta es la voz que más deben nuestras almas sentir.
¡Oh inefable amor y caridad de Dios que por redimir al
siervo entregaste a la muerte al Hijo! ...Pues, ¿cuánto nos obliga esto a amar
a quien así nos amó? ¿Cuánto es lo que ésta tan lamentable y dolorosa voz pide
al hombre? Dice Salomón que el que cierra las orejas al clamor del pobre, él
clamará y no será oído. Pues si tan gran culpa es no oír la voz de un pobre
mendigo, ¿cuál será no oír la de tal pobre, que así clama desde la cruz,
representándonos nuestra obligación.
(Fr.
Luis de Granada)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comparte con nosotros...