miércoles, 16 de abril de 2014

LAS PALABRAS DE CRISTO EN LA CRUZ (IV)


4ª.-  "DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?. Mc 15, 33-40     


Esta palabra nos descubre una de las principales cir­cunstancias que intervinieron en la sagrada Pasión, por la cual entendemos la grandeza de los dolores que el Salvador en ella padeció...

...El mismo cerró las puertas a todas las maneras de consolaciones que le podían venir del cielo y de la tierra, de su Padre soberano y de sí mismo. Y esto es lo que El significó cuando en el salmo (68,3) dijo que estaba sumido en lo profundo de las aguas y que no hallaba sobre qué hacer pie, porque no había en el cielo ni en la tierra ningún linaje de alivio que mitigase la fuerza de sus dolores...



Dios mío, ¿por qué me desamparaste?. Este fue el más triste canto y la dolorosa voz que se oyó jamás en todas las generaciones. Canten los profetas los dolores que sintieron por los males del mundo, levante la voz Jeremías en sus lamentaciones, suenen por todas partes cantares de dolor, que ésta es la voz que más deben nuestras almas sentir.

¡Oh inefable amor y caridad de Dios que por redimir al siervo entregaste a la muerte al Hijo! ...Pues, ¿cuánto nos obliga esto a amar a quien así nos amó? ¿Cuánto es lo que ésta tan lamentable y dolorosa voz pide al hombre? Dice Salomón que el que cierra las orejas al clamor del pobre, él clamará y no será oído. Pues si tan gran culpa es no oír la voz de un pobre mendigo, ¿cuál será no oír la de tal pobre, que así clama desde la cruz, represen­tándonos nuestra obligación.



                                                                        (Fr. Luis de Granada)



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