martes, 6 de febrero de 2024

Retiro de laicos dominicos (3 a 5 Febrero 2024)

 



Retiro de laicos dominicos en Scala Coeli
(3-5 Febrero 2024)



      En nuestra condición de laicos dominicos, de mensajeros, de predicadores que queremos buscar juntos –ahora y siempre- la Verdad del hombre y de Dios, con la oración, el diálogo y el examen de vida, para fomentar en nosotros la virtud de la fiabilidad y el compromiso con lo que predicamos, a lo largo del pasado fin de semana, 27 hermanos de las fraternidades laicales de Málaga, Torredonjimeno, Jaén, Madrid-Virgen de Atocha, Madrid-Cristo del Olivar, Bormujos y Córdoba, nos hemos reunido en Santo Domingo de Scala Coeli, en un retiro dirigido por Fr. José Antonio Segovia, OP, en el que hemos tenido la oportunidad de compartir reflexiones, diálogos y celebraciones en torno a la figura de Santo Tomás de Aquino, con motivo de la celebración de su triple jubileo y teniéndolo como modelo para vivir en la Verdad.

     En el inicio, Fr. José Antonio Segovia, planteó una cuestión que serviría para el desarrollo del encuentro: ¿cómo hacer de la oración y el diálogo un camino de autenticidad y veracidad? Y ello teniendo en cuenta dos premisas: Jesús manifiesta que Él es la Verdad, ha venido al mundo para dar testimonio de ella, y todo el que es de la verdad, escucha su voz; y, el segundo, para ser enviado, mensajero, mediador de la palabra de Jesús, es necesario ser veraz, auténtico, sincero y coherente, ya que “quien a vosotros escucha, a mí me escucha, quien a vosotros recibe, a mi me recibe, y a quien a mi me recibe, recibe a aquel que me envió”.

      En una nueva meditación, Fr. José Antonio, a partir del texto de Juan, 8, 31-33, en el que Jesús manifiesta que “si os mantenéis fieles a mi Palabra, seréis realmente discípulos míos; entenderéis la verdad y la verdad os hará libres”, realizó un detallado recorrido en torno al significado de la palabra “veritas” en los dominicos. Y, así, manifestó que se trata del ideal y el lema que aparece en el emblema de la Familia Dominicana, que nos identifica. Ya, en sus inicios, la Orden luchaba no contra la herejía, sino contra la mentira y el mal que hacía la herejía, con el propósito de defender a las víctimas de esa mentira.

       Pero, ¿qué verdad es esa?. La verdad -o verdad primera que hablaba santo Tomás- es aquella que solamente en el cielo se puede contemplar, pero que aquí en la tierra no podemos dejar de buscar. La Verdad es Dios. Y desde ella cobran realidad todas las cosas, personas, situaciones, ….


        El lema de la “veritas”, de la verdad, se debe aplicar a la actividad de todo dominico, y se hace a través de la oración, el estudio, la predicación y la vida fraterna. Hay un modo de estar en el mundo en verdad y cada uno de nosotros está llamado a lograrlo. La verdad no es un conocimiento. La verdad es ver a Dios en la realidad, en todo; y ver todo desde Dios.

       Santo Tomás hablaba del “sensus fidei”, el sentido profundo de la fe que tienen todos los hombres, la capacidad de entender y discernir los aspectos de la verdad de Dios. Es la presencia del Espíritu Santo en cada uno de los hombres. Es la búsqueda de la verdad con todos los hombres, porque todos lo tienen y lo buscan igual.

     ¿Cómo poder hacer esa búsqueda? ¿cómo ser predicador de la verdad? Predicar no es hablar, es vivir. Lo primero, con la coherencia, el testimonio, y luego, si acaso, con la predicación verbal. Es vivir en la verdad. Veritas nos convoca a ser hombres y mujeres que viven en verdad, hablan en verdad, escuchan y buscan en verdad. Todo ello tiene que ver con la coherencia y la positividad que hay en la vida y en los demás. No hay que, sólo, mirar a Dios, sino también con Él. Dejar que Dios hable a través de nuestra propia vida.

      Igualmente, Fr. José Antonio Segovia, OP hizo una reflexión sobre la virtud de la veracidad. Para Santo Domingo, la verdad no puede ser como un prurito, sino como defensa de los más desfavorecidos. Como señala el Catecismo de la Iglesia, “la verdad o veracidad (que también podríamos denominarla como la coherencia, la fiabilidad, la honradez, la sinceridad) es la virtud que consiste en mostrarse veraz en los propios actos y en decir la verdad en las palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía”.

     En palabras de Benedicto XVI, “el Evangelio es una llamada a la claridad, la sencillez y sinceridad, la veracidad. La veracidad es una virtud importante y sin ella las relaciones entre los hombres se enredan y complican, Si la verdad está ausente, se hacen imposibles la comunicación y el entendimiento entre la personas, las palabras se vacían de sentido al transmitir algo que no es real, sino mentira. No se puede construir sobra la mentira, porque detrás de ellas no hay nada. Sin la verdad el hombre pierde el sentido de su vida”.

    Finalmente, santo Tomás habla que los hombres no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es decir, si no se manifestasen con auténtica verdad.

      Y ya en la última jornada, Fr. José Antonio habló de cómo podemos anunciar el Evangelio, ya que Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena Noticia no sólo con palabras sino, sobre todo, con una vida que se ha transfigurado en la presencia de Dios. Con palabras del papa Francisco, lo necesario sería una evangelización con el Espíritu Santo, ya que Él es el alma de la Iglesia evangelizadora; una evangelización que cultive un espacio interior que otorgue sentido cristiano al compromiso y a la actividad, con momentos de adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor; y una evangelización que tenga siempre como primera motivación el amor de Jesús que hemos recibido y que nos mueve a amarlo siempre más. Y no olvidar nunca que el Evangelio responde a las necesidades que el mundo tiene, ahora y siempre. Por eso es siempre necesario predicar el Evangelio. Tenemos que buscar lo que Jesús buscaba y busca, y amar lo que Jesús amaba y ama. Hay que ir más allá de nuestras apariencias y nuestros deseos. Hay que ir a lo que Jesús dijo: Dios es lo primero.

   Por último, la evangelización nos tiene que llevar a sabernos y sentirnos pueblo (cercanos a la gente, con experiencias que me puedan identificar con ellos y ellos conmigo). Debemos ser laicos, cristianos, dominicos y evangelizadores de este mundo y para este mundo. Y hacer de la oración, de la intercesión, misión.

    Como mencionamos al comienzo, además de las meditaciones y reflexiones propias del P. Segovia, en un perfecto equilibrio de silencio y participación, también tuvimos diversos momentos de diálogo en grupos y oramos con las oraciones de santo Tomás y una eucaristía en la Capilla, así como la dominical con el pueblo en la hermosa Iglesia del Santuario.

     Con el deseo de que estos encuentros de los laicos dominicos en Scala Coeli se puedan seguir desarrollando y ampliándose el número de participantes, nos despedimos hasta una nueva ocasión.



Antonio-Jesús Rodríguez Hernández, OP

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