lunes, 14 de agosto de 2017

Agosto, mes dominicano: Domingo y sus obispos


Domingo y sus obispos

Los Obispos con los que Santo Domingo tuvo relación fueron:

Arderico. Obispo de Palencia. Fue el Obispo al que conoció Domingo en sus largos años de estudio. Su trabajo por avivar la vida cristiana en la diócesis quedó reflejada en el incremento de templos y aumento de clérigos. 

Martin de Bazan. Obispo de Osma. Fue quien procuró la inserción de Domingo en el Cabildo de Osma. Quiso establecer plenamente la vida regular entre los clérigos adscritos a la Catedral de Santa María.

Diego de Acebes. Obispo de Osma. Antes de este nombramiento era prior del Cabildo de Osma. Eligió a Domingo entre su séquito de clérigos,  caballeros y auxiliares que partieron hacia Dinamarca para cumplir la encomienda del rey Alfonso VIII, con el fin de establecer la alianza matrimonial entre su hijo el infante Fernando y una joven de la nobleza del reino de Dinamarca. Domingo también lo acompañó en el segundo viaje a Dinamarca para traerla a Castilla, aunque en esta ocasión no tuvieron el éxito deseado, lo que fue motivo de que se dirigieran a Roma, para tratar  con el Papa Inocencio III, además  de este tema, otros tales como cumplir con la visita "ad limina" y la presentación de un proyecto misionero.

En el viaje de regreso de Roma a Osma, Diego de Acebes junto con Domingo, se dirigieron a Citeaux, por indicación expresa del Papa, con el fin de apoyar a los cistercienses en su combate contra la herejía. La estancia en estas tierras constituye el comienzo de las relaciones de Domingo con la herejía cátara.

Fulco. Obispo de Tolosa (Francia). Encontró en los "predicadores castellanos" una ayuda inestimable en un intento de revitalizar su diócesis.  Con su total apoyo Diego de Acebes y Domingo predicaron por las diócesis de Tolosa y Carcasonne. Sembraban la semilla evangélica y disputaban con los dirigentes de los cátaros. 

Diego de Acebes murió en diciembre de 1207, pero, aunque  al principio produjo  un desánimo en los evangelizadores, no supuso el fin de la lucha por mostrar la verdad de, Evangelio a los habitantes de aquellos lugares. Domingo con algunos compañeros continuó con carácter estable la predicación.

El obispo Fulco, en mayo de 1215, instituyó a Domingo y sus compañeros  "predicadores por la diócesis", con los objetivos de extirpar la herejía, desterrar los vicios, enseñar el credo e imbuir a los hombres en las sanas costumbres".

Asimismo le hizo donación de una casa - hospital o casa de hospedaje para pobres, peregrinos y enfermos.

Domingo acompañó a Fulco a Roma para exponer al Papa problemas y proyectos relacionados con la predicación Tolosa na.  Deseaban que confirmarse a favor de Domingo y sus compañeros una Orden que se llamase y fuese de Predicadores.