Domingo, hombre de estudios.
Como comentan sus biógrafos, su primera educación fue "al modo eclesiástico" que, según la costumbre del tiempo, llevaba a un contacto diario con la Biblia. Los niños que se instruian de cara a la incorporación en el estudio clerical comenzaban el estudio de las letras valiéndose del libro de los Salmos, en latín, y esto comportaba el estudio de la gramática.
Además de sus padres, le ayudó en la primera formación un tio materno, presbítero arcipreste en Gumiel de Hizán.
Cuando contaba trece años, el jóven Domingo se dirigió a la ciudad de Palencia. Era bastante frecuente que determinados adolescentes fueran conducidos por sus familias a "escuelas de latinidad", dirigidas por algún maestro o preceptor. Se trataba de una especie de escuela preparatoria para emprender estudios superiores.
En Palencia, Domingo estuvo desde los 13 hasta los 23 años de edad.
La primera fase de su formación en la ciudad castellana duró seis años, en los que se adentró en el estudio de las llamadas "artes liberales" que fundamentalmente se dividían en dos secciones: el "trivium" (gramática, dialéctica y retórica) y el "cuatrivium" (geometría, aritmética, astronomía y música).
En dichos estudios Domingo se empleó a fondo y, cuando consideró que los tenía suficientemente integrados, que fue a los seis años de dedicarse a ellos, abandonó dichos estudios. No esperó a obtener el título acreditativo de "maestro en artes", para el que se necesitaban siete años de estudios, ya que a Domingo le urgía lanzarse al estudio de la teologia, y a ella quería dedicarle toda su vida.