Santuarios: Santo Domingo de Scala
Coeli
Hablando de Santo Domingo. Acudir al santuario es
predisponernos a un camino a la vez físico y espiritual. Siempre que se va, por
muchas veces que hayamos hecho el camino, se le va buscando, esperando entrever
semiocultos por la naturaleza primero los oratorios que coronan las colinas que
le rodean, luego su espadaña y por fin el santuario. El atrio y la sencillez de
su fachada oculta con su luz el contraste de una capilla siempre en penumbra, a
la vez de un extraordinario barroquismo y de sencillez en su composición. No
olvidemos que es al mismo tiempo templo del Convento de Santo Domingo de Scala
Coeli y el santuario del Cristo de San Álvaro. Y pocas veces un espacio tan
pequeño está tan lleno de detalles a descubrir, lo que nos indica la vitalidad
que ha tenido y tiene en el imaginario de la devoción popular cordobesa su
cristo titular: desde sus numerosos exvotos (un mundo en sí cada uno de ellos),
a las reliquias de viejas cruces maltratadas por el tiempo, simbología de las
imágenes de sus altares, o riqueza de una extraordinaria policromía donde las
doradas molduras barrocas contrastan con los azules y demás colores de las pinturas
que cubren sus paredes.
(Extracto del artículo escrito por Juan Agudo Torrico, en la
Revista Escala Romera. Abril 2016)