Luz
y palabra
En otros espacios de este blog se hace presente
fray Álvaro de Córdoba con todo lo que su legado evangelizador merece. Sirva
esto de razón por la ausencia de su nombre en esta página. Porque en la nómina
de febrero, no deben pasar inadvertidos dos frailes predicadores de singular
relevancia dominicana y eclesial. Fray Jordán de Sajonia (1176-1237; 13 de
febrero) que a sus treinta y dos años sucede a Santo Domingo de Guzmán en el
gobierno de la Orden y tras fundar, y animar, más de doscientas cuarenta
comunidades pasó a la otra orilla al hundirse el barco en el que regresaba de
visitar las nuevas comunidades de Oriente Medio. Y Fray Juan de Fiésole
(1395-1445; 18 de febrero), más conocido por Fra Angélico, predicador de la luz
con las prodigiosas imágenes de su pincel.
Proverbial fue el vigor y entusiasmo de la Palabra
que predicaba fray Jordán, como el cariño que rezuman todos los apuntes que nos
ha dejado de Santo Domingo de Guzmán. Asimismo es notorio recordar el embeleso
que en los jóvenes de su tiempo obraba su predicación y amor a la Orden.
De Fra Angélico cantamos su lirismo teológico y el
prodigio elocuente de su pincel a la hora de predicar a Cristo desde la luz. Su
predicación pictórica huye de estridencias y transmite bonanza espiritual,
emanada sin duda de una intensa vida contemplativa.
Uno y otro, predicadores del evangelio y
servidores de la Gracia del Dios con nosotros.
Fr. Jesús Duque OP.