La POBREZA
como “huella de Santo Domingo de Guzmán”
e ingrediente del carisma dominicano.
(Pinchar en el cuadro para oir en audio)
Carisma dominicano es lo que el Espíritu Santo ha hecho en la vida y misión de Domingo y de la Orden dominicana. Carisma dominicano es la experiencia que gratuitamente ha iluminado, animado y motivado la vida y misión de Domingo y su Orden. Carisma dominicano es el alma de la espiritualidad y de la vida y la misión dominicana. Carisma dominicano es, como diría Pablo, la experiencia de gracia que nos hace vivir bajo el dominio del Espíritu y no bajo el dominio de la carne.
Muchos son los ingredientes específicos del carisma dominicano. Esencial entre ellos es la pobreza evangélica.
Sí, solo la pobreza que es verdaderamente “evangélica” es ingrediente del carisma dominicano. La pobreza sin más es una desgracia. Ojalá nadie careciera de los bienes materiales necesarios para llevar una vida digna. Pobreza evangélica era un ingrediente esencial en la espiritualidad mendicante, en el carisma personal de Francisco de Asís y Domingo de Guzmán –en Francisco para imitar a Cristo pobre, en Domingo para predicar a Cristo pobre-. Pobreza evangélica es ingrediente esencial del carisma franciscano y dominicano.
La pobreza evangélica es rasgo irrenunciable del carisma dominicano. Es una experiencia que descubre, ilumina y anima aspectos muy positivos para animar la espiritualidad y la misión dominicanas.
La experiencia de la pobreza evangélica descubre y anima en la familia dominicana una libertad radical frente a los bienes materiales, que fácilmente nos seducen como ídolos que prometen felicidad y salvación. Ahí está el símbolo del becerro de oro.
Descubre y anima en los miembros de la familia dominicana la singular experiencia de aprender a caminar y vivir alegres con lo sólo imprescindible y descubrir así lo único Necesario. Testimonio de enorme necesidad en esta sociedad del consumismo.
Descubre y anima en cada miembro de la familia dominicana la virtud de la compasión. La pobreza se convierte en experiencia evangélica cuando nos permite hacernos cargo de la situación de los pobres que lo son obligados y a causa de la injusticia social.
Descubre y anima en las comunidades dominicanas una de las expresiones más realistas del amor y la caridad cristiana: la comunicación de bienes. Sólo es pobreza evangélica aquella que desemboca en la comunicación real de los bienes materiales.
Y, sobre todo, la pobreza evangélica es ingrediente esencial del carisma dominicano porque es la credencial segura para la misión evangelizadora. Por eso Santo Domingo nos la dejó como herencia en el lecho de muerte. Por eso Santo Domingo anatematizó a quienes desacreditaran la predicación abandonando la pobreza evangélica. Él sólo deseaba acreditar su predicación con la fuerza de la Palabra, con la acción del Espíritu, con el testimonio de una vida evangélica. En este testimonio era esencial la pobreza evangélica.
Fr. Felicísimo Martínez, O.P.
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