viernes, 27 de enero de 2017

Semana de Santo Tomás de Aquino, O.P. - Enero 2017 (5)



El decir acerca de Dios



Tomás de Aquino afirmaba con su peculiar sencillez que el único maestro interior es Dios. Declaración más que certera por quién y desde dónde la hace: es un creyente el que, con su bagaje vivencial de fe,  y desde su insobornable condición de buscador de la Verdad dice la fuente interior de su vida.



Evocar al Maestro y hermano Tomás, aún en el eco de su festiva memoria, me da pie para perfilar un esperanzado sueño para nuestro mundo y el Pueblo de Dios. Una de las teselas de este mosaico es que, como él, no nos cansemos de matrimoniar fe y ciencia, revelación y razón, recorrido de un camino inteligentemente creyente, porque es necesario recuperar esta armonía, tan difícil y necesaria hoy. La verdad es solo una y requiere buscadores no enfrentados que, desde el optimismo antropológico que nos dejó como herencia el Aquinate, no hagamos dejación de nuestra condición humana asumida en su totalidad por Dios; que la gracia no hace tabla rasa de la naturaleza, al contrario, la realza y empuja a logros de superación y esperanza. Honramos también la memoria del fraile sabio cuando en nuestra teología y en nuestra vida creyente ponemos en el centro de nuestra consideración el fecundo misterio de la Encarnación, como puesta de manifiesto que nuestro seguimiento del Maestro lo empuja nuestro servicio a toda la condición humana, muy en especial en aquellas parcelas de los últimos y las víctimas, como itinerario de dignidad humana y compromiso actual por la misma.



Lo mejor de la herencia que nos ha dejado Tomás de Aquino es que, como él, si hacemos teología o intentamos enhebrar un discurso acerca de Dios, pasemos inexorablemente por el fielato del servicio al hombre, y éste redimido y reconciliado.


Fr. Jesús Duque OP.