sábado, 21 de enero de 2017

La mesa de la Palabra: Ardua Unidad

Ardua unidad

Desde la ya lejana fecha de 1908, y por iniciativa de Paul Watson, nos dedicamos los cristianos a orar por nuestra unidad, o si prefieren, por la unidad de todas las iglesias, entre el 18 y el 25 de enero. Largo camino recorrido hacia la no fácil meta de la unidad. Son días en los que el ecumenismo se torna referencia obligada en no pocas comunidades. También para constatar que el horizonte de la unidad de los cristianos, si bien pasos se dan, es aún una realidad lejana.

Los teólogos y los responsables de las diversas comunidades nos animan a pensar en ecuménico, a orar por el mismo motivo con que lo hizo Jesús de Nazaret en su conocida oración sacerdotal del IV evangelio: que todos seamos uno en su nombre, en su Espíritu. Pero la realidad se impone. Porque la dificultad no estriba en la ley, al decir del clásico, sino en los reglamentos. Que deseamos los creyentes no dar el testimonio de un Cristo roto es patente; que nos cuesta la propia vida visualizar tal deseo no es menos cierto; y aquí comienzan las dificultades que, por inercia, se perciben casi insalvables.

Mientras tanto, nuestras comunidades deberían ser los mejores exponentes de la sabia recomendación de Agustín de Hipona, que nos ayudará a caminar y a asumir actitudes valiosamente ecuménicas: en las cosas necesarias, unidad; en lo dudoso y opinable, libertad; y en todo tiempo y lugar, caridad. Con este programa la unidad de las iglesias, en la diversidad de sus presencias, liturgias y doctrinas, puede estar a nuestro alcance.    


Fr. Jesús Duque OP.