"Un Jubileo de la
Misericordia en el Jubileo de la Orden"
Este día 8 de diciembre se
inaugura el Jubileo Extraordinario de la misericordia. Así lo ha querido el
papa Francisco. Se trata de una decisión personal que hay que leer en el
horizonte de su preocupación por centrar a la Iglesia en lo esencial, en lo
nuclear. Priorizar siempre es signo de lucidez, ayuda a entender mejor las
cosas y situarse ante ellas. Durante este año jubilar somos invitados por
Francisco a centrar nuestra mirada en el misterio de la misericordia para
lograr una conversión efectiva a ella; es decir, una conversión al corazón del
Evangelio. Creemos que esta invitación sintoniza con naturalidad con la
vocación dominicana. En consecuencia, este Jubileo de la misericordia, que
coincide con el de los 800 años de la Orden, se ha de llevar bien con él; se
complementan perfectamente. No puede ser de otro modo. (…)
El Papa Francisco enseña en la
bula de la convocatoria del Jubileo que la misericordia es un atributo del Dios
de la Revelación judeo-cristiana que, por tanto, expresa muy bien su
naturaleza. Dios es misericordia y Jesús, claro, es su rostro visible. Siendo esto
así, como nos recuerda, es posible hacer una síntesis de la fe a partir de la
misericordia: ella dice a Dios y ella dice también al ser humano. Si Dios es
creador del hombre hay en este una participación en la condición
misericordiosa, que no puede caer en el olvido bajo pena de ladear algo
sustancial de su ser. (…)
Otra propuesta papal que se puede
unir a la anterior con facilidad es la de predicación de la gracia. El Papa la
hace evocando la presencia de Jesús en la sinagoga de Nazaret, cuando hizo suyo
el texto de Isaías que había proclamado ante sus conciudadanos. Si destacamos
esta propuesta jubilar es por su cercanía al carisma de Domingo de Guzmán,
predicador de la gracia. La tradición dominicana, pues, entronca de lleno con
el sentir de esta indicación. Se trata, una vez más, de anunciar lo esencial,
lo que no puede faltar. En este sentido, la predicación de la gracia
misericordiosa (Domingo predicó siempre movido por la compasión) acerca con
mayor nitides el rostro de Dios y la fuerza de su acción salvadora. Además, es
el indicativo que hace posible la respuesta creyente y la conversión. Lo
primero siempre es Dios y desde Dios se ha de entender lo demás, incluido el
pecado. (…)
Concluimos. Comenzamos el Jubileo
de la Misericordia. La familia dominicana lo hace en el seno de su Jubileo
fundacional. Si la misericordia está en el fundamento de la experiencia de fe
cristiana, no será para nada difícil a la familia de Domingo de Guzmán unirse a
él y, de paso, actualizar sus propias raíces. Raíces de una predicación
compasiva. Raíces misericordiosas que ya tienen 800 años.
[Puede leerse el trabajo completo en http://ser.dominicos.org/identidad-de-predicadores/un-jubileo-de-la-misericordia-en-el-jubileo-de-la-orden]