A
modo de resumen, podemos destacar algunos aspectos que fueron desarrollados en
la sesión de este mes de Octubre, por el P. Paco R. Fassio, en el Taller de
Orantes de Santo Domingo de Scala Coeli:
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Una acertada
definición de oración es la dada por Santa Teresa de Jesús: “Es tratar de
amistad, estando muchas veces a solas, con aquel que nos ama”.
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La oración es
comunicación. Sin comunicación no hay relación, no hay comunión.
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En la oración lo
hablamos todo (no deben existir temas o sentimientos vetados para la oración),
con todo nuestro ser (con inteligencia, afecto, acción, relaciones) y desde lo
profundo (desde la sinceridad y buscando la coherencia).
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Se puede decir
que “estoy” en oración cuando “estoy” en sinceridad y en disponibilidad.
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En la oración es
más importante escuchar que hablar.
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En la oración
Dios nos habla por medio de Jesús (en su vida, en su palabra), de nuestra conciencia,
de los demás y, también, por medio del Espíritu Santo (por la palabra interna).
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Una persona puede
decir que va consiguiendo ser orante cuando va teniendo la mente y la manera de
ser de Cristo, la sensibilidad de Cristo, las actitudes de Cristo. Como decían
los Maestros dominicos renanos de los siglos XIII y XIV: “El Cristo que va
naciendo en ti”.
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Se pueden
apreciar diversas etapas temporales en la oración:
o
Etapa gozosa (con
sentimientos de alegría, de gozo, de crecimiento).
o
Etapa de desierto
(se desarrolla crecimiento por dentro, “rezo porque Dios es importante para mí”)
o
Etapa de vivir “con”
el Señor. Si la oración se mantiene se hace más connatural.
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La Eucaristía es
la gran plegaria. Es la “acción que gratifica”. Es todo un proceso educativo
espiritual cristiano, que finaliza cuando empieza la siguiente.