viernes, 23 de octubre de 2015

Fray Luis de Granada: Condiciones para orar





La primera condición para la oración es que se haga con espíritu y atención. Espíritu de oración es una entrañable afección y deseo de alcanzar lo que pedimos cuando es cosa que pertenece al servicio de Dios. La oración que careciese de todo género de atención, más se podría llamar distracción que oración. Lo cual dice Casiano por estas palabras: “Poco ora el que no ora más que cuando está de rodillas; ninguna cosa ora el que, aunque esté de rodillas orando, está voluntariamente distraído”.

La segunda condición para la oración es la humildad. A esta virtud pertenece que el que ora conozca la extremada desnudez y pobreza, o por mejor decir, el abismo profundísimo de las miserias en que el hombre quedó por el pecado, junto con las que él después acá, por su propia ruindad y malicia, ha añadido. Así, cuanto un hombre es más humilde y más claro conoce la grandeza de su necesidad y pobreza, tanto más continuamente hace oración a Dios y le pide humildemente limosna y misericordia.

La tercera condición de la oración es la fe y la confianza, porque la humildad nos declara que no debemos confiar en nosotros, mas la fe nos dice que debemos confiar en Dios. Esta condición nos pide el apóstol Santiago cuando dice que pidamos con fe y sin dudar, porque de otra manera no alcanzaremos lo que pidamos.


       “Del fin del hombre y de las virtudes necesarias para alcanzarle”
                                              Fray Luis de Granada