1º) Por el oro se entiende la sabiduría celestial: Los hijos de Sión ínclitos y vestidas de oro muy fino (Lam 4, 2). Sobre lo cual añade
2º) Por el incienso se significa la oración devota, como se lee en el Salmo: Suba derecha mi oración como un perfume (Sal 140, 2). Y añade
3º) La mirra significa la mortificación de la carne, como dice el Cantar de los Cantares: Mis manos destilaron mirra, y mis dedos llenos de mirra muy probada (5, 5). San Gregorio comenta así: "Por las manos se simbolizan las obras virtuosas; por los dedos, la discreción. La mano destila mirra, cuando la carne es castigada con obras virtuosas; mas los dedos dícense llenos de mirra muy probada cuando está bien probado el castigo que se hace con discreción."
De los tres dones dice San Gregorio: "Al rey ofrecemos oro, si en su presencia brillamos con la claridad de la sabiduría divina. Le ofrecemos incienso, si consumirnos en el ara de la cruz del corazón los pensamientos carnales por el santo celo de la oración, a fin de que nuestros deseos celestiales sean un perfume para Dios. Ofrecemos mirra, si mortificamos con la abstinencia los vicios de la carne. Pues por la mirra se procura que la carne muerta no se descomponga, según dice la Glosa. El oro corresponde al tributo, el incienso al sacrificio, la mirra a la sepultura de los muertos, y por estas tres cosas se inician en Cristo la potestad regia, la majestad divina, la mortalidad humana."
(De Humanitate Christi)
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