domingo, 12 de octubre de 2025

Semana del Rosario: Domingo, 12 de octubre de 2025

 




LA ORACION DEL ROSARIO, para la Santificación y Evangelización



    La Madre Dios en persona, le enseñó a Santo Domingo a rezar el Rosario en 1212. Durante su estancia en Tolosa, y en concreto, en Prulla, donde un grupo de mujeres conversas de la herejía, acompañaban con la oración su obra de evangelización de los herejes Albigenses, y preparando así la fundación de la Orden de Predicadores, en la capilla dedicada a la Virgen, ella le entregó el Rosario, y le enseñó a rezarlo para la santidad y evangelización de todos los hombres.

    La oración de los misterios de Cristo, de manos de María con el Rosario, fue un escudo para vencer la herejía, un medio para encontrar refugio y consuelo en la misión, una fuerza y confianza a la hora de afrontar y superar las dificultades de la vida de la Evangelización. El centro de esta Oración es Jesús y su obra salvadora, un evangelio para todos.

    La Oración del Rosario ayuda a la Santidad personal y comunitaria, haciendo de la propia vida el primer acto evangelizador: Santidad que se vive en la vida cotidiana, y se expresa en pequeños gestos de amor a Dios y al prójimo. Con esta oración, es posible ser santos, felices y buenos por el seguimiento del Misterio de Cristo. Un camino que está abierto a todos cuantos lo acogen. Así evangelizamos llevando la vida y el misterio de Cristo.

    El Papa Francisco sitúa la santidad en la vida cotidiana de esta manera:

* Constancia en la oración
* Caridad, paciencia y mansedumbre en los acontecimientos diarios
* Alegría y sentido del humor, relativizando lo negativo y duro de la vida.
* Audacia y fervor. La confianza en Dios impulsa a ser valiente en la fe y salir de si para anunciar el evangelio.
* Vida en comunidad para compartir la fe y la vida en la familia y otras comunidades.
* Haciéndonos contemplativos en la acción.


Fr. José Antonio Segovia, O.P.



Oración


“Oh Rosario bendito de María,
dulce cadena que nos une con Dios,
vínculo de amor que nos une a los Ángeles,
torre de salvación contra los asaltos del infierno,
puerto seguro en el común naufragio,
no te dejaremos jamás.

Tú serás nuestro consuelo en la hora de la agonía.
Para ti el último beso de la vida que se apaga.

Y el último susurro de nuestros labios será tu suave nombre,
oh Reina del Rosario,
oh Madre nuestra querida,
oh Refugio de los pecadores,
oh Soberana consoladora de los tristes.

Que seas bendita por doquier, hoy y siempre,
en la tierra y en el cielo”.

AMEN

(Oración del B. Bartolomé Longo)




Misterios Gloriosos


1º. La Resurrección del Señor:

Al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Un ángel del Señor dijo a las mujeres: Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. ¡Ha resucitado! Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: Ha resucitado” (Mt 28, 1-8).

2º. La Ascensión del Señor a los cielos:

Jesús dijo a sus discípulos: Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. “El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió a los cielos y se sentó a la derecha de Dios” (Mt 28, 20; Mc 16, 19).

3º. Pentecostés, la venida del Espíritu Santo:

De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde estaban los discípulos. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo” (Hch 2, 1-4).

4º. La Asunción de María a los cielos:

María dijo: Me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí” (Lc 1, 48-49). “¡Toda hermosa eres amada mía, no hay defecto en ti! Ven del Líbano, esposa mía, ven” (Ct 4, 7).

5º. La coronación de María en los cielos:

Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Y fue arrojado el gran dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo y satanás” (Ap 12, 1, 9).



No olvidemos:


* En cada misterio rezar un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.

* Cada misterio es un momento para reflexionar sobre la vida de Jesús y María, fomentando la fe, la esperanza y el amor.

* Al meditar sobre cada misterio, pidamos a Dios que nos conceda un fruto espiritual específico, como la fe en Cristo resucitado, dirigir nuestra mirada hacia el Reino de Dios y desprendernos de lo material, impulsar la participación y al amor por los hermanos, y la devoción y confianza en la Santísima Virgen, lo que nos debe llevar a confiar en su intercesión, …

* Quizás, en esta ocasión, podríamos llevar una intención especial de oración por todos los cristianos, que tenemos la responsabilidad de ser agentes de evangelización, ya sea a través de la predicación, el testimonio de vida, o el trabajo en diferentes ámbitos como la familia, la cultura, la sociedad, la política o la educación.

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