Siguiendo
la tradición, un año más se celebró el Vía Crucis en estos parajes de la Sierra
cordobesa.
Tras
un breve concierto de bandas y cornetas tan típico en nuestra Semana Santa,
pero no por ello exótico en un entorno como éste, alejado de la ciudad, dio
comienzo el acto en el interior de la iglesia donde el Padre Mariano del Prado
O.P. presentó el acto como consiliario de la Hermandad del Santísimo
Cristo de San Álvaro de Córdoba que es quien lo organiza.
A
continuación dio comienzo el recorrido por las diferentes estaciones entre el
Santuario y el Calvario, primer Vía Crucis de Europa tal y como San Álvaro
instauró al volver de Jerusalén. Como él lo hiciera hace siglos, fuímos
siguiendo la pasión, meditándola, uniéndonos al sufrimiento de Jesús y al de
muchos, especialmente las víctimas y familiares de la tragedia del avión
estrellado recientemente en los Alpes, a cuya intención se dedicó este año. Y
así todos: cofrades, autoridades, dominicos (frailes y seglares), fieles en
general, nos fundimos en la oración, en un ambiente de recogimiento especial,
ayudado por el silencio de una noche mágica, primaveral, y las saetas
espléndidamente cantadas.
P. M. S.