lunes, 23 de diciembre de 2013
jueves, 19 de diciembre de 2013
ADVIENTO: Amados por Dios, que libera nuestro interior, la vida de los otros, y su situación
El amor liberador es una experiencia divina que nos habita y nos
libera. La
convicción de Jesús no era sólo que Dios está cerca de nosotros, sino que,
además, nos libera porque nos ama. El amor incondicional de Dios era el
fundamento de la espiritualidad de Jesús. Porque si Dios es el misterio que todo lo abarca,
¿cómo no afrontar con El nuestras situaciones de misteriosas de
esclavitud? ¿Puedo sentirme amado en
situaciones misteriosas, por un misterio
como el amor de Dios?
lunes, 16 de diciembre de 2013
Diálogos desde Scala Coeli: Oración para pedir el buen humor
A
muchos cristianos les cuesta rezar porque creen que se trata de repetir
cansinamente una serie de fórmulas hechas. Sienten una separación entre lo que
dicen y sus sentimientos y preocupaciones diarias. Les gustaría hablar con Dios
de sus asuntos cotidianos, más sencillos, más simplemente, con sus palabras.
Hoy
les proponemos la oración de Santo Tomás Moro, un hombre que supo orar con
sencillez, con realismo, con alegría e incluso con sentido del humor.
Tomás
Moro fue canciller de Inglaterra, intelectual de fama europea, casado dos veces
y padre de familia, era reconocida su fama de juez honrado y valiente, en
defensa de los intereses de los más humildes.
Por
no aceptar el divorcio del rey Enrique VIII y su declaración como cabeza de la Iglesia fue ajusticiado el
7 de julio de 1535 en Londres. Suya es una plegaria singular, una oración para
pedir buen humor:
Señor, dame una buena digestión,
y también algo que digerir.
Concédeme la salud del cuerpo,
y el sentido común necesario
para conservarla lo mejor posible.
Concédeme, Señor, un alma santa
que no pierda nunca de vista lo que es bueno y puro,
que no se asuste al mirar el pecado,
sino que encuentre el modo
de volver a poner todo en orden.
Concédeme un alma
que no conozca el aburrimiento,
que no sea quejica, que ande siempre entre suspiros y lamentaciones.
No permitas que me preocupe demasiado de mí mismo,
ni que me conceda demasiada importancia.
Dios mío, concédeme, el sentido del humor,
la gracia de comprender las bromas,
para que saboree un poco la felicidad de la vida
y sepa transmitírsela a los demás.
Amén.
y también algo que digerir.
Concédeme la salud del cuerpo,
y el sentido común necesario
para conservarla lo mejor posible.
Concédeme, Señor, un alma santa
que no pierda nunca de vista lo que es bueno y puro,
que no se asuste al mirar el pecado,
sino que encuentre el modo
de volver a poner todo en orden.
Concédeme un alma
que no conozca el aburrimiento,
que no sea quejica, que ande siempre entre suspiros y lamentaciones.
No permitas que me preocupe demasiado de mí mismo,
ni que me conceda demasiada importancia.
Dios mío, concédeme, el sentido del humor,
la gracia de comprender las bromas,
para que saboree un poco la felicidad de la vida
y sepa transmitírsela a los demás.
Amén.
Tomás
Moro, seglar comprometido y realista, sabía de la importancia de la salud y la
responsabilidad que tenemos que mantenerla frente a los excesos, si queremos poder
vivir, trabajar y amar. No andar obsesionados por hacer nuestros los criterios
estéticos que nos imponen sin tener en cuenta nuestras características
personales. Tampoco despreciar la atención a la salud y agredir el propio
cuerpo y la propia mente.
Era
consciente de que el pecado es un mal pero que, a veces, es el miedo al pecado
cometido el que nos paraliza para enfrentarnos con él, reconocerlo, pedir
perdón y corregir el error. Es bueno sentirse responsable del mal cometido para
buscar remedio, pero un sentido de culpabilidad que angustia y paraliza en el
escrúpulo sin buscar el perdón nos vuelve enfermos.
Le
importa su estado de ánimo, mostrarse alegre o triste influye en nosotros y en
nuestra manera de relacionarnos. La persona quejumbrosa, siempre triste y
lastimera, se amarga y amarga a los demás.
Se
daba cuenta de que el egoismo nace de darse demasiada importancia, de creer que
nosotros o nuestros asuntos son el centro del mundo y de que en consecuencia
vivir en constante preocupación por uno mismo sin relativizar sanamente.
Y,
sobre todo, notaba la necesidad del sentido del humor, de la gracia y de las
bromas para saborear la felicidad y así poder hacer felices a los demás.
Tomás
Moro –que supo morir por el evangelio y la fidelidad a su conciencia- pedía ser
sana y alegremente humano.
Nosotros
también podemos orar de este modo, desde esas pequeñas cosas que nos permiten
ver la vida como don del Padre Dios, que quiere lo mejor para nosotros.
Buscando su fuerza y su alegría para enfrentarnos a la tristeza y al dolor. Sin
encerrarnos en nosotros mismos o en nuestros problemas, sino abriéndonos a la
comunicación y a la solidaridad. Sabiendo que pase lo que pase estamos en
buenas manos.
P. Francisco-José Rodríguez Fassio
viernes, 13 de diciembre de 2013
OIDO EN SCALA COELI: Notas de la Eucaristía del Domingo, 8 de Diciembre:
· Este
segundo domingo de Adviento tiene una luz especial. Es la luz de la esperanza
en el poder de la gracia. Es Adviento y
nos estamos preparando para la llegada del Señor hoy porque lo necesitamos. Y en
este camino la Virgen tiene una misión especial: la de alumbrar. Alumbrar es
iluminar, pero también calentar, alentar lo que pueda significar esta
preparación nuestra a la llegada del Señor.
·
Este
domingo es también el día de la Inmaculada, pero no una fiesta que nos aparte
de todo lo humano, sino todo lo contrario, una presencia y una fiesta que nos
haga poseedores de lo que necesitamos y anhelamos.
·
En
la segunda lectura escuchábamos: “Dios nos ha bendecido con toda clase de
bienes espirituales y celestiales”. La Gracia. Nos acompañan todos los bienes
celestiales, también humanos, y por eso es por lo que podemos esperar con
garantía que el Señor venga y realice todo eso que nos ha dado y nos ha
prometido. Y María está aquí, colaborando como siempre en la obra de su Hijo.
·
¿Cómo
fue el adviento de la Virgen? Porque ella también tuvo su adviento, sus etapas
hasta que llegase el Señor. El adviento de la Virgen duró, no cuatro semanas,
sino nueve meses. Su adviento tuvo unas disposiciones que para nosotros nos
vienen muy bien:
o
La
oración. Nueve meses en oración, y no se cansaba, como no se cansaba de esperar
al Hijo de sus entrañas. En oración estaba cuando llegó el Angel y le anunció
el misterio.
o
También
tuvo un adviento de lucha, de dificultades. “¿Cómo será eso si no conozco varón?”. Y en la
esperanza, en el adviento, María fue una mujer luchadora, por si nos sirve a
nosotros.
o
Un
adviento de confianza. “Hágase”. “No entiendo nada, pero hágase”. “¿Cómo será?
No lo sé, pero hágase, como tú dices”. Un adviento de confianza, porque para
Dios nada hay imposible. Y la vida, si para Dios nada es imposible, puede ser
muy diferente a cuando desconfío, dudo y me cierro.
o
Un
adviento servicial y alegre. Se puso en camino para ayudar a su prima, su
pariente, y estar con ella, y le llevó la alegría, desbordó de alegría y cantó
la alegría. El servicio alegra el corazón y la ayuda a los demás es lo que
verdaderamente fomenta la esperanza.
o
Un
adviento de gratitud. En donde dar gracias abre la puerta a la gracia. Cuanto
más agradecidos, más cerca de nuevas gracias estamos.
·
Hemos
cantado, expresado de mil maneras las maravillas de la Virgen, su grandeza;
pero no son de la Virgen, son de Dios en ella. Y lo que hizo en ella, lo que
quiere seguir haciendo según nuestra necesidad, en cada uno de nosotros, porque
para Dios nada hay imposible. ¿No será esta esperanza un motor de vida nueva,
de vida diferente, de vida excelente?
·
Recordemos
que María espera, y de una manera ilusionada, en oración, en lucha, en
confianza, en servicio, en gratitud y con mucha ilusión. Todo esto nos hace
comprender la limpieza, integridad, proeza y perfección de la Virgen. Porque el considerarla y el acoger el dogma
de la Inmaculada no es para separarla de nosotros, sino para que nos acompañe
mejor desde lo humano y concreto que vamos viviendo a la llegada de su Hijo,
que tanto necesitamos hoy.
·
María
Inmaculada, en Adviento, nos sitúa ante las obras de Dios. Es su obra, es el
aviso de las obras que Dios quiere llevar a cabo en nosotros. Por eso lo esperamos
y por eso lo buscamos, porque lo necesitamos.
·
¿Hay o no salida a nuestra vida y a nuestros
problemas, y a la causa de todos nuestros problemas? Pues sí que la hay, y
María viene a decírnoslo con su vida y su testimonio. Sobre todo, hay una cosa
que nos acerca a ella, y en la que ella se siente animadora y madre. Es la que
lucha contra el mal y contra todas las fuerzas malignas. Es la que lucha para
el proyecto y el sueño de Dios. Este sueño de Dios de un nuevo cielo y una
tierra nueva, donde pueda habitar la justicia, para nosotros hoy, lo quiere
realizar y llevar a cabo a través de ella y a través nuestro. ¿En qué actitud?
En la de la lucha.
·
Tenemos
en el Santuario una imagen de la Inmaculada, que pone de manifiesto el poder de
Dios en una integridad de vida tal que la hace hermosura, pero no para quedarse
en lo estético, sino para llevarlo a lo que ahí representa: una mujer lo más
débil y lo más hermoso, pero lo más fuerte y más firme, acabando con un dragón
–el espíritu del mal-, que siempre está atentando contra sus hijos.
Hay una imagen de esperanza, que es
la de un niño con una cruz, qué extraño, que es por lo que ella fue elegida y
predestinada por la redención de su Hijo.
Esta imagen del siglo XVIII no puede
olvidar de donde partimos y lo que de verdad necesitamos de ella: la fuerza, en
la lucha, por medio de una vida íntegra. Inmaculada ella, pero nosotros
íntegros, capaces de seguir luchando porque hay dentro de nosotros una unidad
con Dios y una confianza en él, que nos va a hacer capaces de hacerle frente
absolutamente a todo lo que venga.
·
En
este día tan especial, nosotros queremos reconocernos en ella, como en un
espejo, no para ver las manchas que tenemos, en contraste con su pureza, sino
para ver las posibilidades de gracia que Dios nos da a través de ella. Esas
posibilidades de gracia son las que nos tienen que llenar de esperanza y todas
partes.
·
El
Concilio Vaticano II la llamaba “la redimida de modo eminente”. También, como
nosotros, fue redimida y por eso fue expulsada, limpia de pecado –desde antes
de nacer, desde el momento de ser engendrada, pero no para ella, sino para la
obra de Dios, y para nosotros que somos sus hijos.
·
Por
eso nos tenemos que felicitar. Darle gracias a Dios y felicitar a María que en
el fondo es tener confianza en su poder y disfrutar de lo que nos viene de
camino, su Hijo, el Salvador, el que necesitamos en este momento.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Dejaron huella ... P. Moratiel, O.P.

Hablar de Moratiel es tan dificil y tan fácil, como lo pueda ser
hablar del Silencio.
Se puede hablar de él y nunca se le llega a expresar.
Pueden usarse miles de palabras, y nunca podrá ser captado en su
definición.
De Moratiel, supongo que como de todo ser humano, se puede hablar y
utilizar prolijamente adjetivos, que se aproximarán a su figura, pero al final,
(con palabras de el Principito), "Lo esencial es invisible a los
ojos"...también a las palabras...
Moratiel, era un hombre "humano", que despertaba la humanidad a
su alrededor.
Nunca pretendió "enseñar". Decía que el Silencio es el que enseña.
Sin embargo, él sí nos enseñó, en su manera de vivir, dónde está la verdadera luz y la fuerza y la alegría del hombre.
Nunca pretendió "enseñar". Decía que el Silencio es el que enseña.
Sin embargo, él sí nos enseñó, en su manera de vivir, dónde está la verdadera luz y la fuerza y la alegría del hombre.
Asombraba, en él, su no acepción de personas.
No escogía a nadie.
Su capacidad de acoger, a todos, no tenia límite. Su capacidad de escuchar,
de comprender, de aliviar, de alegrar, de impulsar hacia adelante, de ayudar a
situarse en el presente..
Acercarse a él, era quedar "convertido" en bueno. Su talento para ver a cada uno en lo mejor de si mismo, era un gran aliento, para el caminar.
Mientras vivió aquí, muchos se sintieron únicos para él.
Después de su muerte, se descubrió que todos se habían sentído igualmente únicos para él.
Cuando yo era pequeña, me preguntaba cómo era posible que Dios me quisiera a mí personalmente, que se ocupara de mí, y que supiera hasta mis más ínfimos pensamientos...y, ¿Qué pasaba con los otros? ¿Cómo podía quererlos con esa misma dedicación que a mí...?
Luego, de mayor, he descubierto cómo lo podía hacer.
Yo he "sabido" cómo ama Dios, cómo acoge Dios, cómo consuela Dios...por la manera en que Moratiel hacía todo esto.
Siendo como era: hombre, limitado, sencillo, respetuoso, cálido, sereno, alégre, ecuánime, paciente,..."sabía de quién se había fiado..."
Todo él, como nuestro padre Stº Domingo, no sabía sino "Hablar con Dios, o de Dios", fuera cual fuera la conversación, estaba en Dios, y a él comunicaba.
Lo máximo que un hombre puede alcanzar en este mundo, es "conocer" a Dios. Gracias a Moratiel, somos muchos los que hemos saboreado ese inménso don.
La presencia de Moratiel, que sigue viva entre nosotros, solo despierta Gratitud y Gozo.
Él, como su Maestro, también pasó haciendo el Bien...
Y nosotros, los que le hemos visto y oído, somos sus testigos, y damos testimonio...
Acercarse a él, era quedar "convertido" en bueno. Su talento para ver a cada uno en lo mejor de si mismo, era un gran aliento, para el caminar.
Mientras vivió aquí, muchos se sintieron únicos para él.
Después de su muerte, se descubrió que todos se habían sentído igualmente únicos para él.
Cuando yo era pequeña, me preguntaba cómo era posible que Dios me quisiera a mí personalmente, que se ocupara de mí, y que supiera hasta mis más ínfimos pensamientos...y, ¿Qué pasaba con los otros? ¿Cómo podía quererlos con esa misma dedicación que a mí...?
Luego, de mayor, he descubierto cómo lo podía hacer.
Yo he "sabido" cómo ama Dios, cómo acoge Dios, cómo consuela Dios...por la manera en que Moratiel hacía todo esto.
Siendo como era: hombre, limitado, sencillo, respetuoso, cálido, sereno, alégre, ecuánime, paciente,..."sabía de quién se había fiado..."
Todo él, como nuestro padre Stº Domingo, no sabía sino "Hablar con Dios, o de Dios", fuera cual fuera la conversación, estaba en Dios, y a él comunicaba.
Lo máximo que un hombre puede alcanzar en este mundo, es "conocer" a Dios. Gracias a Moratiel, somos muchos los que hemos saboreado ese inménso don.
La presencia de Moratiel, que sigue viva entre nosotros, solo despierta Gratitud y Gozo.
Él, como su Maestro, también pasó haciendo el Bien...
Y nosotros, los que le hemos visto y oído, somos sus testigos, y damos testimonio...
Carmenmaría Hernández Alonso
lunes, 9 de diciembre de 2013
Retiro de Adviento
Entre los
días 29 de noviembre y 1 de diciembre, se ha realizado un “Retiro de Adviento”
en Sto. Domingo de Scala Coeli, animado por Fr. José Antonio Segovia, O.P. La
temática concreta, previamente anunciada en el calendario anual de la Casa era:
“¿Dónde buscar y encontrar a un Dios cercano?”
Dicho
retiro, con todas las plazas cubiertas y en regimen de silencio, tenía esta
dinámica: Oración de Laudes en la Capilla, dos encuentros en la sala de
“meditación-reflexión” del P. Segovia, una meditación compartida, Eucaristía y
tiempos personales de oración, reflexión, contemplación en la Naturaleza,
descanso…, y siempre, con un único “telón de fondo”: la Palabra.

“Un Dios
cercano”. “Mira que estoy a la puerta y llamo”. ¿Quién espera a quién? Él,
primero, Él esperando a cada uno de sus hijos, Él, prodigando su Amor y esperando a que le abramos esa puerta de nuestro
interior, donde quiso poner su morada. Abrirnos a Él, para que entren también
todos los que con Él vienen. Y nosotros, cada uno, con una bendita “sed de
Dios”, que ojalá reconozcamos, para buscar siempre en la buena dirección:
detrás de nuestras crisis y vacíos, Él, su Presencia amorosa, que nos va
llenando y abriéndonos a los hermanos.
Todos
tenemos necesidad de Dios. Dos lugares privilegiados para encontrarlo son: mi
interior, mi casa, y el hermano, al que Dios me envía: de “mi casa” a “tu
casa”,: “Lo que hicisteis con uno de estos hermanos más pequeños, conmigo lo
hicisteis”.
Él me libera para que yo sea instrumento de liberación, como María,
que, aunque también padeció sus “nudos” (juicios, huída, ser mujer, marginación…), realizó con nosotros la gran
liberación de entregarnos al Hijo, porque antes ella fue salvada porque creyó. Hoy ELLA puede ser nuestra
eficacísima aliada para ir realizando en nosotros el plan de Dios, en una
progresiva liberación, que nos posibilite para ayudar a otros a liberarse.
P. L.
domingo, 8 de diciembre de 2013
Inmaculada Concepción: Estrella y Camino
(Santuario de Santo Domingo de Scala Coeli: Inmaculada Concepción)
Todos los pueblos están
mirando hacia ti,
Todos escuchan tu voz
temblando en un sí.
Cielos y tierra se dan en tu
corazón
Como un abrazo de paz,
ternura y perdón.
Tú nos lo diste en Belén, en
pobre portal
en tu regazo le ven el rey y
el zagal.
Tú nos lo diste en la cruz,
altar de dolor,
Muerto en tus brazos está un
Dios redentor.
Toda la Iglesia con fe
eleva un clamor,
Puestos los ojos en ti, la
Madre de Dios.
Puente y sendero de amor,
sublime misión
la de traernos a Dios en tu
corazón.
Estrella y camino, prodigio
de amor,
de tu mano, Madre, hallamos
a Dios.
sábado, 7 de diciembre de 2013
ADVIENTO: Dios, al alcance de la mano.
Su cercanía
la vivimos en actos de Amor Liberador.
a) En el
corazón de la espiritualidad de Jesús está la conciencia de la cercanía, y
proximidad de Dios. Uno de los cambios más importantes que Jesús introdujo en
el pensamiento religioso y en la espiritualidad de su tiempo fue el
convencimiento de que Dios no estaba lejos. El reino de Dios no pertenece al
pasado ni al futuro, y Dios no está en lo alto del cielo. El misterio de
Dios está «en medio de vosotros». Jesús reconocía la presencia de Dios en
el “aquí y ahora”, en el momento presente de su propia vida.
La cercanía de Dios a todos, con
independencia de quiénes o qué puedan ser, es fundamental en la enseñanza de
los místicos. «Dios está más cerca de mí que mi vena yugular».
Haciéndose eco de las palabras de S. Agustín en sus célebres Confesiones,
Meister Eckhart dice: «Dios está más cerca de mí que yo mismo: mi ser
depende de la cercanía y de la presencia de Dios en mí...
Dios no sólo está más cerca de mí que yo
mismo, sino que Dios es uno conmigo y contigo. Hay una misteriosa
unicidad entre Dios y nuestro verdadero yo, y la conciencia de esta unicidad
está en el centro de toda experiencia religiosa. Se puede expresar de muchas
formas diferentes: como Dios que habita en mí, como mi ser lleno del Espíritu
Dios, como unión con Dios, como una unión de voluntades. Por eso los místicos
hablan de nuestra deificación o divinización,
de que llegamos a ser Dios.
b) ¿Qué
podemos hacer, pues, con esta experiencia de unicidad con Dios? Lo
más extraordinario que encontraron en Jesús sus discípulos y amigos no fue sólo
que llamaba a Dios abbá, sino que se identificaba con El. Hay una forma de
identificarse con Dios que es un sentimiento de superioridad de la peor clase.
Pero eso se debe a que uno se imagina a Dios como un dictador egoísta que
domina el mundo. Jesús se identificó con un Dios humilde, compasivo, tierno y
servicial, y fue lo bastante audaz y confiado como para hablar y actuar como un
Dios de esa clase, sin calificativos.
viernes, 6 de diciembre de 2013
OÍDO EN SCALA COELI: Notas de la Eucaristía del Domingo, 1 de Diciembre:
·
Una
lectura extraña (Mateo 24, 37-44) que seguramente nos ha dejado la inquietud de
leerla más veces para saber qué nos quiere decir.
·
Es
una manera de expresar lo imprevisto en nuestra vida. Algo que quizás nosotros
tenemos muy presente cuando nos damos cuenta de cómo ha venido la crisis a
nosotros.
·
Nuestro
mundo primero –el mundo rico- se parecía mucho a aquello que se definía como
“la ciudad alegre y confiada”. Teníamos crédito, había recursos, estábamos
bien, no nos amenazaba ninguna guerra ni ninguna destrucción y, por lo tanto,
estábamos realmente metidos en nuestras cosas, en el día a día, que no quiere
decir que fuera malo, evidentemente, pero no había otros planteamientos.
·
De
pronto, sin saber cómo, se hunden los mercados, empieza la crisis laboral y ya
no podemos decir que sólo a los otros –los de fuera- les está pasando algo.
Como nos ha dicho el Evangelio, son los más próximos. ¿Quién no tiene en su
familia un caso de parado, un caso de persona que ha visto reducidas sus
posibilidades, algún joven que ha tenido que salir a buscar trabajo al
extranjero?
·
Y
en esos momentos, donde lo imprevisto llega, donde ya no vale seguir pensando
lo mismo, ni haciendo lo mismo, es cuando el Señor nos llama a la vigilancia.
·
La
vigilancia no quiere decir estar en
tensión, estar angustiado, sino estar
lúcidos. La vigilancia, según el Evangelio, es una doble actitud. Por un lado,
es una actitud inteligente, porque es darse cuenta de lo que está pasando, de sus
causas, de sus efectos y de buscar alternativas; y, por otro lado, es una
actitud práctica; ya que no se trata de lamentarse, se trata de saber –aquí y
ahora- qué es lo que tenemos que hacer.
·
La
vigilancia nos es incómoda. ¡Es tan fácil y tan cómodo mirar para otro lado,
mientras no te toque! ¡Es tan fácil echar la culpa a los otros! Y, sin embargo,
la vigilancia que pide el Señor es, empezando con uno mismo, colaborar con los
demás a solucionar los problemas de todos.
·
Quizás,
lo que tenemos que hacer es empezar a pensar de otra manera. Las personas
sentimos y hacemos según lo que pensamos: si creemos que todo está perdido, nos
dejamos dominar por la angustia, por la decepción, por el miedo, y es fácil
tirar la toalla. Si encontramos que la crisis es una oportunidad para
plantearnos las cosas en mejor y en más profundo, entonces nuestra manera de
actuar y de sentirnos en ese momento será absolutamente diferente.
·
¿Hay
algún elemento, algún factor, que nos permita pensar de otra manera para sentir
de otra manera para trabajar de otra manera? SI. Ese factor, ese elemento, ese
ingrediente que nos puede cambiar la vida es precisamente el protagonismo que
le demos a Jesús y a su Evangelio en nuestra existencia. Él nos permite ver
distinto, sentir distinto, actuar distinto; no porque miramos en el cielo, más
allá de la vida o nos consolamos en una falsa resignación, sino que la tomamos
como ejemplo, nos “arremangamos” como Él, y entonces hacemos nuestra vida como
la suya, un “ir pasando haciendo el bien”.
·
Por
eso es tan importante el Adviento, para darnos cuenta de ese protagonista, de
ese elemento, de ese factor tan importante en nuestra vida, tan práctico en nuestra
vida, tan inteligente. La Fe no es ni falso consuelo, ni opio, ni
entretenimiento, ni tranquilizante de conciencia, ni una cosa que está bien, ni
una costumbre agradable y tradicional…. Tiene que ser ese factor y ese elemento que nos permita
vivir mejor, más profundamente y más útilmente; y si no, no es Fe.
·
Darnos
cuenta de ese protagonismo de Jesús en su tres venidas:
o
Una,
cuando nació en Belén. A través de su vida, de sus 33 años de vida hasta la
muerte en cruz, nos va diciendo cómo ser persona libre, responsable, solidaria.
¿Cuál es el modelo nuestro de humanidad, cómo tendríamos que ser todos los
hombres y todas las mujeres? Cómo es posible serlo, porque es muy fácil en la
teoría de un filósofo, pero es que Él
vivió lo que predicó, y en un entorno difícil. En las circunstancias más reales
y más duras, Jesús demostró que se puede ser una persona digna, solidaria, en
pie. Y ese tiene que ser nuestro referente siempre, frente a todos nuestros
pesimismos. Si estamos dispuestos a invertir lo que Él invirtió –su propia
vida- y a recorrer sus propios caminos como Él los recorrió –su método-,
tendremos, por una parte, sus mismos oponentes y sus mismas dificultades, pero,
también, sus mismos resultados en mí y en los demás.
o
La
segunda venida del Señor es del final de los tiempos. Nosotros, porque tenemos
a Cristo y su Palabra, sabemos que la historia no es un simplemente repetirse
en un eterno retorno, sino que la historia va hacia adelante y hacia arriba, si
nosotros nos incorporamos a ese proceso.
Frente
a tanta mentira y ocultación en nosotros, en los demás y en la historia, cuando
se quieren cambiar las cosas porque se les llama de distinta manera, pero
siguen siendo tan injustas; cuando nos mentimos tanto y nos engañamos tanto a
nosotros mismos, el poner en claro a las cosas es muy sano. Eso es lo que se
llama el Juicio Final. Pero poner las
cosas en claro también significará valorar todo lo bueno de todas las personas,
por poco que sea esto, con tal de que sea auténtico.
o
Y, entre una venida y otra venida, está
–podríamos llamar una tercera venida, que es la de todos los días. Cristo
resucitado está presente en nosotros y está llamando a la puerta de nuestra
atención y de nuestra intención, a la puerta de nuestro ser más íntimo, a la
puerta de nuestra conciencia y de nuestra alma, diciéndome “ ¿Qué puesto me das en tu vida? ¿Quién soy yo para tí?.
·
¿Qué
queremos que haga el Señor por nosotros? De verdad. En un primer momento,
quizás la solución de nuestros problemas más inmediatos. Pero conforme vamos
profundizando, sentimos que Él nos va concediendo algo más permanente, más
íntimo, más revolucionario, más transformador: a Él mismo
·
Por
desgracia, la preparación de las próximas fiestas, las celebraciones, las
compras, etc. hacen que pasemos el tiempo de Adviento muy despistados. Tenemos
que reivindicar como un derecho de toda persona y de nosotros, los cristianos,
tener tiempo, espacio, para poder darnos cuenta de la Venida del Señor. Que nos nos roben la Navidad, pero sobre todo,
que no nos robemos la Navidad a nosotros mismos. Que seamos capaces de darle
importancia a lo que es realmente importante porque es necesario y urgente:
cómo recibimos, cobijamos y seguimos a Jesús de Nazaret y su Evangelio. Solamente
así vendrá la Navidad.
martes, 3 de diciembre de 2013
Santuario de Santo Domingo de Scala Coeli: descripción general del interior
La
imagen actual de la iglesia se debe a la remodelación que del interior de la
misma hizo el padre Lorenzo de Ferrari, el cual también reparó la estructura.
Realizando
una descripción general, a fin de dejar para próximas entregas una descripción
más detallada de cada uno de los elementos, diremos que, respecto al retablo
mayor es de talla sin dorar, y ocupa todo el presbiterio. El espacio central
del mismo lo ocupa un templete con la imagen de la Virgen del Rosario. En la
bóveda se han dispuesto escenas relacionadas con la Orden de Santo Domingo.
En
los laterales, y como contribución del Padre Ferrari al engrandecimiento de la
iglesia, se distribuyen un total de siete altares laterales, frente a los cuatro que se encontraban antes de la
remodelación realizada. Por la banda
derecha se sitúan los dedicados a San Francisco, Santa Catalina virgen y
mártir, y San José. Por su parte, por la banda izquierda, los dedicados al
Santísimo Cristo, Santa María Magdalena, Nuestra Señora del Rosario e Inmaculada.
sábado, 30 de noviembre de 2013
OÍDO EN SCALA COELI: Notas de la Eucaristía del Domingo, 24 de Noviembre:
·
Con
la fiesta de Cristo Rey se da por finalizado el Año de la Fe, que la Iglesia ha
venido celebrando con especial intensidad. Un ejemplo de ello ha sido el Via
Crucis Magno, celebrado en Córdoba.
·
San
Pablo, en la segunda lectura, en lo que se refiere a nuestra fe, nos viene a
decir y recordar que en el ser humano se da un estado de confusión, de
desvarío, de oscuridad. A menudo, orgulloso de sus conquistas, el ser humano se
siente artífice de su propio futuro. Pero cuando pretende camuflar sus propios
errores, entonces se sume en una desconcertante mediocridad y se muestra
intolerante y hasta violento.
·
Necesitamos,
de alguna manera, la mano de alguien mayor que nosotros, que nos traspase al
reino de la verdad, del amor y del perdón. Y, precisamente, este reino es el
Reino de la Luz, el Reino de Jesús.
·
Si
equiparáramos la categoría de la victoria cristiana con la dominio y supremacía
que detenta cualquier gobierno internacional, estaríamos distorsionando el
mensaje y la misma vida de Jesús. La victoria, el reinado o el imperio de Jesús
está en el extremo opuesto de cualquier estructura de sometimiento o de poder.
Cristo no oprime, no somete, tan solo libera y ama.
·
La
grandeza de Jesús consiste en que se ha rebajado a hacerse miembro de nuestra
familia, nos ha regalado la dignidad de ser hijos de Dios, nos ha elevado a la
categoría de hermanos. El ejercicio de
su realeza ha consistido en despojarse de todo tributo que distingue o
identifica a los poderes de la tierra y ofrecernos la grandeza de su
encarnación, de su amor crucificado y de su presencia escondida en la
Eucaristía.
·
El
Evangelio nos dibuja la imagen de nuestro rey, con cetro y corona, que se
transforma en un hombre despojado de sus vestiduras, coronado de espinas y
clavado en la cruz. El letrero de su cruz: “este es el rey de los judíos”, para los romanos era una burla, para los
responsables de los judíos era un insulto, para el creyente es el título que
define a Cristo.
·
La
gente se ríe de él, los soldados se mofan de él, y un criminal crucificado con
él le insulta. Tan solo, el segundo criminal también crucificado con él
invierte las burlas de los demás en una oración exquisita y extraordinaria,
convirtiéndose esa oración en la única imploración en el Nuevo Testamento que
se dirige a Jesús: “Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”. En aquellos
momentos dramáticos se produce el milagro de la fe, que hace oir la voz de
Jesús: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
·
Estaría
bien que sintiéramos en nuestro interior también esa voz de Jesús, que nos
diéramos cuenta de sus hechos y de su vida, porque con ellos Jesús nos quiere
llevar a prescindir de esos ciertos aires de grandeza y autosuficiencia que nos
alejan de la sencillez evangélica; y, además, hoy Jesús espera también de cada
uno de nosotros que nos examinemos de
cómo vivimos nuestra fe.
viernes, 29 de noviembre de 2013
Visitas a Santo Domingo de Scala Coeli
El horario para las visitas culturales será:
DOMINGOS, de 11:30 a 13:30
Para otros días y horas, llamar al Convento (teléfono 957.33.04.97) para concertar la visita, según las
posibilidades de la Comunidad.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Curso de Psicología Espiritual
El
pasado mes de octubre, durante los días 11, 12 y 13 tuvo lugar en nuestro
Convento de Sto. Domingo de Scala Coeli el curso de psicología espiritual: “Sabiduría de la serenidad en la plenitud de
la vida” impartido por el P. José Antonio Segovia O.P. Días intensos y apasionantes al descender a
nuestro yo más profundo.
Serenidad como confrontación y no
bienestar. El Padre Segovia nos propuso como objetivo el pensar en ella como
espacio divino que hay en nosotros, sólo con ello basta para tener paz, no se
trata de ningún esfuerzo, sólo desde ahí puedo encontrarme con los demás.
Esa visión de Dios en mi vida es la
vida espiritual que nos ayuda a continuar sin desgaste ni estrés. Se trata de descubrir
las experiencias de luz que han iluminado las cuestas y encrucijadas, para ver
después que al final lo que queda es el amor que nunca muere, que libera y
calma.
Esa vida espiritual es la que nos
impulsa a vivir a fondo con plena conciencia. Para ello nos ayuda esta Casa del
Monte a
APRENDER
A VIVIR
Sólo así iremos transformando nuestras
emociones en paz y calma sin heridas. Pero es necesario adentrarnos en nosotros
mismos. Para ello como actividad repasamos nuestra propia historia personal para
hacer una relectura y así reconciliarnos con ella, viéndola como una historia
de salvación, como historia divina.
Por último nos aportó herramientas o
medios para llevar una vida de bendición que no es una vida cómoda sino llena
de riesgos y con trabajo, logros y objetivos. Entre esos medios estaba: vivir
con humildad, restablecer nuestro propio orden, serenidad del desapego...
SOY
PAZ Y DOY LO QUE SOY, Y ES POSIBLE PORQUE DIOS ES MI PAZ
Invitación a revitalizar este
sentimiento.
Nos despedimos con la sensación de un
encuentro lleno de descubrimientos personales y
con la ilusión y el entusiasmo de un camino que queda por recorrer.
F.
M. S.
martes, 26 de noviembre de 2013
Santuario de Santo Domingo de Scala Coeli: Exterior
El
convento de Santo Domingo de Scala Coeli fue fundado en 1423 por San Álvaro en
la Sierra de Córdoba, en un lugar conocido como la Torre de Berlanga; pronto se
iniciaron las obras, y para 1442 ya estaba terminado el templo, al que el Papa
Eugenio IV concedió indulgencias. Este primer cenobio recibiría algunas
modificaciones en los siglos XVI y XVII, aunque la reforma más seria fue la del
XVIII, llevada a cabo entre 1758 y 1763, siendo prior el Padre Ferrari. Se
procede entonces a renovar el decorado interior y a reparar las estructuras,
siendo inaugurada la obra el 25 de noviembre de 1763.
En la
explanada que existe delante del monasterio hay un monumento dedicado a San
Alvaro, obra realizada por el escultor García Rueda en 1992.

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