La
iglesia es de una sola nave de medianas dimensiones, cubierta por bóveda de
cañón con lunetos, pintada al fresco y con luces agradables, y presbiterio
rectangular que comunica con el coro, también rectangular. El coro alto está
situado a los pies y ocupa un tramo de la nave. La sacristía, situada a un lado
de la cabecera, tiene también planta rectangular.
La
imagen actual de la iglesia se debe a la remodelación que del interior de la
misma hizo el padre Lorenzo de Ferrari, el cual también reparó la estructura.
Realizando
una descripción general, a fin de dejar para próximas entregas una descripción
más detallada de cada uno de los elementos, diremos que, respecto al retablo
mayor es de talla sin dorar, y ocupa todo el presbiterio. El espacio central
del mismo lo ocupa un templete con la imagen de la Virgen del Rosario. En la
bóveda se han dispuesto escenas relacionadas con la Orden de Santo Domingo.
En
los laterales, y como contribución del Padre Ferrari al engrandecimiento de la
iglesia, se distribuyen un total de siete altares laterales, frente a los cuatro que se encontraban antes de la
remodelación realizada. Por la banda
derecha se sitúan los dedicados a San Francisco, Santa Catalina virgen y
mártir, y San José. Por su parte, por la banda izquierda, los dedicados al
Santísimo Cristo, Santa María Magdalena, Nuestra Señora del Rosario e Inmaculada.
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