“SI PERMANECÉIS EN MI PALABRA, SEREIS DE VERDAD DISCÍPULOS MÍOS; CONOCERÉIS LA VERDAD, Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”
Este pasaje encierra una profunda enseñanza sobre la relación entre la fe, el conocimiento y la libertad. Este texto nos invita a reflexionar sobre lo que significa ser un verdadero discípulo de Jesús y cómo la verdad se convierte en un camino hacia la liberación personal y espiritual.
En primer lugar, la frase “Si permanecéis en mi palabra” subraya la importancia de la constancia y la dedicación en la vida de fe. No se trata sólo de escuchar o conocer las enseñanzas de Jesús, sino de integrarlas en nuestra vida diaria. Permanecer en su palabra implica un compromiso, una decisión de vivir de acuerdo con sus enseñanzas y valores.
La segunda parte del pasaje “seréis de verdad discípulos míos” resalta que el verdadero discípulo va más allá de la simple afiliación. Ser discípulo implica una relación íntima y personal con Jesús, donde se busca entender y vivir su mensaje. Esto nos lleva a una transformación y crecimiento espiritual.
En el siguiente enunciado “conoceréis la verdad”, ésta, la verdad, supone una relación viva con Cristo, quien se presenta como “el camino, la Verdad y la Vida” (Jn, 14,6). Conocer la verdad implica una experiencia personal y transformadora que nos permite ver el mundo desde la mirada de Dios, liberándonos de las ataduras del pecado, la ignorancia y la confusión.
Finalmente, la afirmación “y la verdad os hará libres” nos recuerda que la libertad auténtica no proviene de circunstancias externas, sino de una comprensión interna y espiritual: la libertad que ofrece la verdad de Cristo que nos libera de las cadenas del miedo, la culpa y la desesperanza. Busquemos la verdad que nos transforma, libera y nos llena de paz.
Dominicas de Alcalá la Real (Jaén)
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