SURGIÓ ENTRE LA GENTE UNA DISCORDIA POR SU CAUSA
No es empeño fácil aceptar a Jesús de Nazaret desde nuestros chatos criterios, cortoplacistas, ensimismados.
El espejo del evangelio nos devuelve una imagen en la que no nos reconocemos, porque la Buena Noticia divide, provoca y nos pone siempre en el apuro de pronunciarnos y definirnos.
No estaría mal que nos esforzáramos en precisar desde nuestra condición personal las razones por las que cada uno no acaba de aceptar al Jesús del evangelio en todo su alcance humanizador; no nos refugiemos en excusas anacrónicas o en subterfugios estilísticos o en conveniencias institucionales.
No somos quienes para desautorizar la Palabra que por sí tiene toda la autoridad redentora para los que, incluso con el equipaje de muchas debilidades, nos empeñamos en caminar tras las huellas de aquel que tiene Palabras de vida.
Desde nuestra modesta esquina bien haríamos en pronunciarnos a favor del Evangelio en esta discordia que el texto de hoy refleja y apostar, en servicio a nuestro mundo, por quien tiene autoridad para dar vida y salvar.
La causa del Pueblo de Dios es la causa del Dios Padre ¿cómo le dejamos que construya nuestra comunidad?
¿En qué cifra la comunidad cristiana su opción por el Evangelio de Jesús de Nazaret?
Fr. Jesús Duque, O.P. (1947-2019)
(Publicado en www.dominicos.org - 2016)
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