jueves, 15 de agosto de 2024

El SER de Santo Domingo: Ejemplo de paciencia


SANTO DOMINGO DE GUZMAN, EJEMPLO DE PACIENCIA



  
(Pinchar para oir audio)



    ¿Por qué llamamos a Santo Domingo ejemplo de paciencia? ¿En qué sentido puede ser hoy para nosotros un ejemplo en la paciencia?

    Hay dos hechos en su vida que nos animan a llamarle así: el primero su condición de canónigo de Osma, donde vivió aproximadamente 15 años entregado a la meditación de la Palabra de Dios, al canto coral, al oficio de sacristán y subprior del cabildo. Sin embargo, nos dice su sucesor como Maestro de la Orden, el beato Jordán de Sajonia, que en su oración pedía a Dios “con fervientes súplicas, una auténtica caridad que fuera eficaz para dedicarse y procurar la salvación de los hombres”. Es decir, su corazón ardía de celo por dedicarse a la predicación itinerante, por ir a los cumanos a evangelizar la Buena Noticia, pero aguardó pacientemente la hora de Dios.

    Y esta paciencia no fue pasiva, nada de eso; fue una paciencia activa, diligente, porque durante todo este tiempo se dedicó a preparar su alma, mente y corazón, para la misión que Dios le tenía destinada.

    El otro hecho es que, a partir de 1206, con el permiso del Papa Inocencio III, se establece junto con su obispo Diego de Aceves en el sur de Francia como predicadores de la verdad contra las herejías que campaban a sus anchas por esos territorios. Muy pronto el obispo tuvo que marchar a su diócesis, muriendo al poco de volver a Palencia, por lo que Domingo se queda completamente solo. ¿Por qué es ejemplo de paciencia? Porque cualquiera de nosotros ante esta adversidad y la dificultad de la misión en completa soledad, habríamos vuelto a la seguridad del cabildo, o habríamos aceptado ser obispo de una diócesis, cosa que Domingo rechazó hasta tres veces en ese tiempo. Él no, permaneció firme, con parresía evangélica, respondiendo a la llamada de Dios, dando cauce al carisma de la predicación que comenzó a dar fruto primero con las mujeres convertidas de la herejía y reunidas en el primer monasterio de la Orden, y luego con los primeros hermanos hacia 1215 y 1216.

    Domingo, ejemplo de paciencia, ayúdanos a no desesperar cuando responder a la fe se nos hace cuesta arriba, cuando las dificultades parecen ahogar al espíritu; ayúdanos a permanecer firmes y cimentados en Jesucristo, el único Salvador del mundo. Amén.



Sor Inmaculada de la Cruz, OP
MM. Dominicas Murcia




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte con nosotros...