RESURRECCIÓN
Ante tantas noticias tristes que nos está dando la situación actual a lo
largo de esta Cuaresma, más cuaresma que nunca, los cristianos hemos de seguir
viviendo con gozo el anuncio del Evangelio: EL SEÑOR HA RESUCITADO. El Señor ha
dicho un sí decisivo a toda la humanidad al resucitar de entre los muertos a su
Hijo y Hermano nuestro, Cristo Jesús, que se había entregado a la muerte por
solidaridad con todos nosotros.
¿Y
qué debe suponer hoy para nosotros, incluso en estos momentos difíciles, este
día de la Resurrección? Ha de ser un compromiso y un testimonio para vivir una
vida nueva. Ha de ser, pues, una tarea, “ser testigos de su resurrección”. Para
resucitar con Él, hemos de morir con Él. ¡Y hay tantas cosas en nuestra vida de
las cuales tenemos que morir…!
Durante la Cuaresma y la Semana Santa, hemos tenido la oportunidad de
vivir cómo Jesús fue totalmente fiel al Padre y a su compromiso hasta el final
dándose y dándolo todo por amor. Hemos visto cómo el Padre, a través de su Hijo
Jesús, desparramaba su amor por y en nosotros, a pesar de todos los pesares,
incluso, y más aún, en el confinamiento que estamos viviendo.
Incluso en esta situación, que nos costará más, hemos de trasparentar
alegría ante esta noticia: Cristo ha resucitado. Es la alegría de salvar en
lugar de juzgar; es la alegría de sentirnos amados por el Padre, y es la
alegría de amar y perdonar a los hermanos.
No
se trata de decirle a los demás que deben tener fe. Se trata más bien, de
dejarles ver que yo tengo fe, y que eso me hace estar alegre y ser feliz. Y por
ello estoy dispuesto a irme consumiendo poco a poco siendo luz y testimonio de
Cristo resucitado, entregándome, como Cristo resucitado, sin reservas para ser
luz.
P.
Mariano del Prado del Prado, O.P.
Fra Angelico, OP |
Salmo: “Este es el
día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo. Dad gracias al
Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”.
Oración: “Señor
Dios, que en este día nos has abierto las puertas de la vida por medio de tu
Hijo, vencedor de la muerte, concédenos ser renovados por tu Espíritu, para
resucitar en el reino de la luz y de la vida”.
Evangelio: San Juan 20, 1-9.
Música para este día:
"Resucitar", de Jesús Cabello.