jueves, 9 de abril de 2020

Triduo Pascual : Jueves Santo




JUEVES SANTO

Habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo,

los amó hasta el extremo (Jn. 13, 1)

            Los médicos y sanitarios que combaten el coronavirus asumen una triple tarea: se hacen cargo del mal, afrontándolo resueltamente, conociendo su virulencia; se hacen cargo de él, luchando momento a momento contra sus ataque en cada uno de los enfermos y, por último, cargan con las consecuencias:no sólo el miedo, la inseguridad, las jornadas agotadoras de trabajo, sino incluso el contagio y la propia muerte. Pero, sólo gracias a ese triple proceso, se logra la victoria de la curación total de los infectados.
        Ese triple proceso es el que realiza Jesús de Nazaret en toda su vida. Él se enfrenta a la enfermedad mortal del ser humano. Una criatura que nace para vivir en comunión con Dios como un hijo con su padre; en comunión de solidaridad y justicia con toda persona y grupo considerados como hermanos, distintos, pero no contrapuestos; consigo mismo en armonía de todas sus dimensiones, con un proyecto personal que lo llena de sentido y con una meta en la vida y más allá de la muerte: ser feliz haciendo felices a los demás. Destruyendo todo esto, el pecado actúa, llevando a la desconfianza con el Padre, enfrentando el instinto de conservación al instinto de comunión, dispersando al hombre en su interior y dejando sinvalor  y sin dirección su vida; convirtiendo su hambre de felicidad en un absurdo ineludible y doloroso.
        Al final, Jesús quiso expresar de un modo plástico su hacerse cargo, su encargarse, su cargar con las consecuencias.  Fue con una cena. Allí donde los hombres comparten, se alegran juntos, disfrutan y gozan de la abundancia de lo que hay. Jesús dejando claro con sus gestos y palabras que es nuestro criado para ese banquete de la vida plena y compartida, que es el alimento, que Él une con el Padre, con los demás y nos permite nuestra propia integración personal. Jesús que ama, nos enseña a amar y corre con los riesgos del amor: la traición, la incomprensión, la soledad, la muerte.
        Fue con una cena y sigue siendo con una cena. Eucaristía como “medicina de inmortalidad”, que se decía al principio de la Iglesia. Eucaristía como medicina viva e imprescindible para curarnos total y definitivamente.
Fr. Francisco J. Rodríguez Fassio, OP
Fra Angélico, OP - Institución de la Eucaristía


Salmo: "¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.” 

Oración: "Señor Dios nuestro, que en aquella memorable Cena en la que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el banquete de su amor; te pedimos que la celebración de los santos misterios nos lleve a alcanzar plenitud de amor y vida.”



Evangelio: San Juan 13, 1-13.




 Música para este día:
 "Amando hasta el extremo", de Maite López.