Santo
Domingo de Scala Coeli nos vuelve a abrir sus puertas. Nuestro Taller de Emaús
comienza un nuevo curso, pero realmente no es un sumar años sino que siempre es
nuevo. Como bien recoge nuestro nombre seguimos caminando. Somos buscadores que
queremos compartir nuestra fe en un sitio determinado y con los compañeros que
el Señor nos pone en el mismo caminar.
Empezamos
con nuestra oración en la capilla dirigida por nuestro acompañante, Fr. José
Antonio Segovia, o.p.. Somos como ese
trozo de arcilla, en manos del alfarero del que nos habla Jeremías en el
capítulo 18, 1-6.
Lo
hacemos con una hoja en blanco en donde cada uno podemos anotar nuestros
primeros interrogantes: ¿cómo me dispongo a vivir este curso?, ¿qué necesito?,
¿qué puedo encontrar en este grupo?
Tenemos
un ratito de oración personal donde el Señor se nos mete por todos nuestros
sentidos, la música, el silencio, el mirarnos a nuestro interior, la luz tenue, el Sagrario alumbrado….Hacemos en
grupo una bonita oración que nos tiene preparada Fr. José Antonio; y, después
de un tiempo de interiorizarla cada uno, hacemos ecos de la misma oración o lo
que nuestro corazón al abrirse quiera sacar fuera y poder compartir.
Pasamos
posteriormente a nuestra sala –que, por cierto, nos la tienen preparadita
pintada, arreglada, acogedora- y tenemos un buen momento para compartir y
ponernos un poquito al día después del verano. Todos venimos con mucha ilusión
y alegría.
Fr.
José Antonio nos presenta cómo ha pensado plantear el curso y que opinemos qué
nos parece. Sólo puedo decir que me ha parecido ¡genial!. Nos da muchísima
esperanza que podamos no solamente crecer espiritualmente, con todo lo que nos
ha propuesto, sino que también nos va a servir en el día a día.
Nos
regalamos un tiempo personal donde cada uno puede, en silencio, asentar todo lo
vivido en la capilla y en la sala.
Posteriormente
nos volvemos a juntar en la capilla para hacer juntos una oración a María -no
nos olvidamos que estamos en el mes de la virgen y del rosario-.
Nuestra
vida humana y espiritual tienen que ir unidas. Tenemos que ser conscientes que
la oración nos tiene que acompañar en todos los momentos de nuestro vivir. Necesitamos
que alguien nos ayude para aprender a vivir mejor en el trabajo, la familia,
con el “otro” que se nos hace difícil… y en esto se compromete nuestro
guía. Y qué tranquilidad da poderlo
hacer con personas que también se dejan hacer con humildad y docilidad para
poder cumplir el plan que en cada uno de nosotros tiene el Señor, sabiendo que
no estamos solos.
Paqui Román, o. p.
Taller de Emaús en Sto. Domingo de Scala Coeli.