Santo
Domingo de Scala-Coeli * Dominicos * Córdoba
Poner el misterio
En algunos lugares en los que se cultiva la
tradición belenista, y gracias a un cordial dictado no escrito, se remata la
delicada tarea del montaje del nacimiento doméstico, en sencilla solemnidad,
con la denominada puesta del misterio.
No es que con esta expresión pretenda trivializar
el misterio, realidad inaccesible a la razón y objeto singular de nuestra fe,
pero la evoco por ser una oportuna parábola que alienta la lumbre del corazón
creyente. En estos días de la segunda mitad de diciembre, decidimos la
ubicación de las figuras, diseñamos su distribución, reparamos aquellas que se
han deteriorado, incorporamos algunas nuevas, renovamos el paisaje de fondo, buscamos
el musgo, marcamos los caminos de pastores y Reyes Magos, ubicamos lejos –muy
lejos- el castillo de Herodes, miramos de reojo el calendario para que esté
todo a tiempo… un sinfín de menudas tareas encaminadas a que el portal de
Belén, misterio de Encarnación, luzca nuevo y sea el punto de mira del conjunto
y de cada una de sus figuras.
Esta amorosa puesta en escena del evento de Belén
se culmina al colocar la fuente de luz y calor en el centro del portal, y en un
pobre pesebre: un niño chiquito, la fuerza de Dios, memoria entrañable de
nuestra dignidad como humanos. ¿Lo colocaremos también en el centro de nuestro
corazón? Es mi navideño sueño. ¡Navidad Bendita para toda la humanidad!
Fr. Jesús Duque OP.