viernes, 8 de abril de 2016

Viernes de la Segunda Semana


"... que nada se desperdicie..."



El milagro no tiene por qué suplir el necesario y constante esfuerzo del trabajo cotidiano. Eso es lo que quiere decir ese gesto de Jesús prohibiendo que se desperdicien los restos de los panes multiplicados.





Es necesario que socorramos al prójimo según nuestras posibilidades: unos con la doctrina, otros con la oración y otros con los bienes temporales. Quien no pueda con los bienes temporales, que lo haga por medio de los amigos, a fin de que estemos siempre con el amor al prójimo, favoreciéndolo por este medio que Dios nos ha dado.  

(Santa Catalina de Siena, O.P.)