Continuando con las actividades
programadas para este curso 2015-16, tuvo lugar ayer sábado una nueva Jornada
Espiritual, en Santo Domingo de Scala Coeli.
En esta ocasión, el P. José
Antonio Segovia, O.P. dirigió esta Jornada que tituló “El Resucitado y el don
de la Paz”.
Además de la intervención del P.
Segovia, a modo de introducción y para situar concretamente el tema de la
Jornada, la treintena de asistentes a dicha Jornada Espiritual tuvieron momentos
de oración interior e individual, de oración comunitaria y de diálogo entre
todos, finalizando con una Eucaristía.
Como resumen de la misma, a
continuación, dejamos unas notas que pueden servir para tener una aproximación
a lo vivido este sábado en Scala Coeli.
Objetivo general de la Jornada:
Vivirla como una experiencia pascual. Un encuentro con Jesucrísto Resucitado
por medio de la oración.
Texto base: Juan 20, 19-27.
Al atardecer de ese mismo
día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se
encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en
medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su
costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con
ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes». Al
decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los
pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a
los que ustedes se los retengan».
Tomás, uno de los Doce, de
sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros
discípulos le dijeron: ¡Hemos visto al Señor!». El les respondió: «Si no veo la
marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos
y la mano en su costado, no lo creeré».
Ocho días más tarde, estaban
de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces
apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les
dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí
están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas
incrédulo, sino hombre de fe».
Cuestión planteada: La
misericordia, ¿qué grado de paz me da?
Objetivo concreto: Conseguir o
aumentar la paz.
Vehículo para ello:
·
Oración de paz, de San Francisco.
Notas:
+ La paz es un mensaje de pascua.
+ La paz es un regalo.
+ Cristo es nuestra paz.
+ La paz es fruto de la justicia,
del trabajo humano; y del Espíritu, de la obra de Dios.
+ La paz es un valor sobre el que
los hombres de hoy están especialmente sensibilizados.
+ La paz no solo nos afecta
interiormente (bienestar íntimo y personal), sino también es un anhelo, una
necesidad de la sociedad, de la Humanidad.
+ La paz es un valor humano,
psicológico, social y evangélico.
+ La paz nos hace pacíficos para
pacificar, para ser mensajeros e instrumento de la paz.
+ La paz se hace, la hacemos, con
el perdón, la reconciliación, la misericordia y colaborando en la obra de Dios.
+ La paz de Jesús es una paz
divina, mesiánica, prometida desde siempre y capaz de cambiar.
+ La paz auténtica empieza por el
corazón, por uno mismo.
+ La vida espiritual es armarse
con la paz.
+ La paz interior es el río que
invade todos los ámbitos de la vida.
Cuestiones para el trabajo interior:
-¿Es mi corazón un lugar de paz?
- Las relaciones difíciles son
una ocasión para vivir la paz evangélica. ¿Cómo suelo reaccionar ante los
hechos difíciles de los demás?
- ¿Cuáles son los puntos
concretos de conflicto que más se repiten en mis relaciones?
- ¿Dónde se hace hoy más
necesaria mi acción pacificadora, dentro de mí o en mis relaciones?