domingo, 12 de mayo de 2024

Mayo 2024, mes de María (12)

Virgen María Salus Populi Romani
(ver reseña de la imagen más abajo)

 




Abrimos nuestras puertas/corazones a María,

desde el Monasterio de San José

- La Solana (Ciudad Real) -



Santa Catalina de Siena y la Virgen María
       
       María, «concibiendo en sí al Verbo Unigénito Hijo de Dios, llevó y donó el fuego del amor, porque El mismo es amor». «Yo quiero -dice Catalina- que aprendáis el amor de aquella madre María, que por amor de Dios y salvación nuestra nos dio al Hijo, muerto sobre el leño de la santísima cruz»

      María es no sólo modelo de vida consagrada a Dios; es también intermediaria de las místicas nupcias con Cristo. Catalina se consagra a Cristo «con voto de perpetua virginidad, teniendo como mediadora a la misma Madre de Dios».

     Catalina tiene una inmensa confianza en la santísima Virgen. «Yo sé -dice- que a ti, María, nada te es denegado». María «es nuestra abogada, madre de gracia y madre de misericordia»; por eso, en las dificultades, recurre a ella con devoción de hija.

      Sostenida por María en la vida de consagración a Dios, de ella obtiene asimismo la fuerza necesaria para su acción apostólica. La gran confianza de Catalina en María se funda en el hecho de que la santísima Virgen está en el origen de nuestra salvación. Si Cristo nos libra del mal -dice- es porque está armado «con la coraza de la carne de María, aquella que recibe en sí los golpes para reparar nuestras iniquidades». Por eso el día de la Anunciación, que recuerda la divina maternidad de María, es para Catalina de modo especial «el día de la gracia».

     Tenía una sola idea que consumió su vida: la salvación y la santificación de las almas. Por eso su existencia extraordinaria estuvo marcada por tres amores: el amor a la sangre del Hijo de Dios, a la Santa Iglesia y al Papa, el dulce Cristo en la tierra.

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Reseña de la imagen:

Imagen que representa a la Virgen María Salus Populi Romani, que se encuentra en el coro del Monasterio de San José, en La Solana.

Se trata de un cuadro anónimo del siglo XIX.

La Salus Popoli Romani, cuyo nombre en latín significa salvación del pueblo romano, se considera una Virgen milagrosa. Como icono se encuentra en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, donde fue en el año 593, cuando el Papa Gregorio I la sacó en procesión para acabar con la peste. Y, efectivamente, la epidemia cesó pronto. Por eso se invoca a la Virgen para alejar peligros y desgracias y acabar con las plagas.

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