Apoteósis de Sto. Tomás de Aquino - Zurbarán - Museo Bellas Artes Sevilla |
“… al establecer como principal guía de la filosofía
escolástica a Santo Tomás, nos referimos de modo especial a sus principios, en
los que esa filosofía se apoya. No se puede admitir la opinión de algunos ya
antiguos, según la cual es indiferente, para la verdad de la Fe, lo que cada
cual piense sobre las cosas creadas, con tal que la idea que tenga de Dios sea
correcta, ya que un conocimiento erróneo acerca de la naturaleza de las cosas
lleva a un falso conocimiento de Dios; por eso se deben conservar santa e
invioladamente los principios filosóficos establecidos por Santo Tomás, a
partir de los cuales se aprende la ciencia de las cosas creadas de manera
congruente con la Fe, se refutan los errores de cualquier época, se puede
distinguir con certeza lo que sólo a Dios pertenece y no se puede atribuir a
nadie más, se ilustra con toda claridad tanto la diversidad como la analogía
que existen entre Dios y sus obras. El Concilio Lateranense IV expresaba así
esta diversidad y esta analogía: «mientras más semejanza se afirme entre el
Creador y la criatura, más se ha de afirmar la desemejanza».
Por lo demás, hablando en general, estos principios de Santo Tomás no encierran otra cosa más que lo que ya habían descubierto los más importantes filósofos y Doctores de la Iglesia, meditando y argumentando sobre el conocimiento humano, sobre la naturaleza de Dios y de las cosas, sobre el orden moral y la consecución del fin último. Con un ingenio casi angélico, desarrolló y acrecentó toda esta cantidad de sabiduría recibida de los que le habían precedido, la empleó para presentar la doctrina sagrada a la mente humana, para ilustrarla y para darle firmeza; por eso, la sana razón no puede dejar de tenerla en cuenta, y la Religión no puede consentir que se la menosprecie. Tanto más cuanto que si la verdad católica se ve privada de la valiosa ayuda que le prestan estos principios, no podrá ser defendido buscando, en vano, elementos en esa otra filosofía que comparte, o al menos no rechaza los principios en que se apoyan el Materialismo, el Monismo, el Panteismo, el Socialismo y las diversas clases de Modernismo. Los puntos más importantes de la filosofía de Santo Tomás, no deben ser considerados como algo opinable, que se pueda discutir, sino que son como los fundamentos en los que se asienta toda la ciencia de lo natural y de lo divino…”
Por lo demás, hablando en general, estos principios de Santo Tomás no encierran otra cosa más que lo que ya habían descubierto los más importantes filósofos y Doctores de la Iglesia, meditando y argumentando sobre el conocimiento humano, sobre la naturaleza de Dios y de las cosas, sobre el orden moral y la consecución del fin último. Con un ingenio casi angélico, desarrolló y acrecentó toda esta cantidad de sabiduría recibida de los que le habían precedido, la empleó para presentar la doctrina sagrada a la mente humana, para ilustrarla y para darle firmeza; por eso, la sana razón no puede dejar de tenerla en cuenta, y la Religión no puede consentir que se la menosprecie. Tanto más cuanto que si la verdad católica se ve privada de la valiosa ayuda que le prestan estos principios, no podrá ser defendido buscando, en vano, elementos en esa otra filosofía que comparte, o al menos no rechaza los principios en que se apoyan el Materialismo, el Monismo, el Panteismo, el Socialismo y las diversas clases de Modernismo. Los puntos más importantes de la filosofía de Santo Tomás, no deben ser considerados como algo opinable, que se pueda discutir, sino que son como los fundamentos en los que se asienta toda la ciencia de lo natural y de lo divino…”
Doctoris Angelici (Motu Proprio)
San Pío X
SOBRE EL ESTUDIO DE LA DOCTRINA DE
SANTO TOMÁS DE AQUINO
San Pío X
SOBRE EL ESTUDIO DE LA DOCTRINA DE
SANTO TOMÁS DE AQUINO
¿Existe o no existe Dios?
La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras
distintas.
1) La primera y más clara es la que se deduce del movimiento.
Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y
todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho, nada se mueve a no ser que,
en cuanto potencia, esté orientado a aquello por lo que se mueve. Por su parte,
quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al
acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto.
Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente,
pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que
una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser
respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al
mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío.
Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se
mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo
que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro.
Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero
que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven
más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada
si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer
motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios.
…. …. ….
4) La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que
encontramos en las cosas. Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la
nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero
este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o
menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo
calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en
consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son
seres máximos, como se dice en II Metaphys 7. Como quiera que en cualquier género, lo máximo
se convierte en causa de lo que pertenece a tal género— así el fuego, que es el
máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro
8, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su
bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios.
SANTO TOMÁS DE AQUINO. SUMA DE TEOLOGÍA I. PARTE I.