Luz
La herencia
cultural que hoy atesoran no pocos pueblos, muy en especial los del sur español,
presentan una compleja diversidad de elementos que con muy diverso significado
y presencia, han ocupado el calendario festivo de estos recientes días. Así, la quema de los Judas, las carreritas, los encuentros, o las innumerables delicias reposteras que endulzan
estas fechas y subrayan calendario festivo tan singular.
Con esta
herencia antropológica como telón de fondo, con una puesta en escena de la reciente
Semana Santa, casi toda ella mirando a los cristos
crucificados y a las vírgenes
dolorosas, las comunidades cristianas pretendemos festejar con todas las de
la ley la fiesta de nuestras fiestas, el día que hizo el Señor y el domingo más
singular del año, en el que festejamos la victoria sobre nuestra más que
evidente precariedad, la derrota de las tinieblas a manos de la luz del primer
día de la semana. La del alba sería
cuando la comunidad cristiana, buscadora de luz, cayó en la cuenta que la fe en
el Señor Resucitado congrega, fortalece, consuela, renueva, anima, humaniza,
sana, envalentona, bendice y, sobre todo,
nos reta a vivir dedicados a la vida nueva que se cose al corazón de
cada uno con misericordia y alegría. Asumir el perfil pascual es enamorarse de
todo lo que el Señor pascualmente fecunda, de todos nosotros, sus hijos;
nuestra Pascua es luz para todos nosotros, sin excepción.
Fr. Jesús Duque OP.