Nuestro vino
Evoco en este rincón al político y escritor José
Martí, héroe nacional cubano, en su conocida expresión Nuestro vino es amargo, pero es nuestro vino, no para subrayar la constatación
resignada ante un cúmulo de realidades que se nos imponen, sino para todo lo
contrario.
Porque es señal de estulticia manifiesta aceptar hoy
en nuestra actualidad tanto el bajo estilo de los representantes públicos que
hacen gala de incultura e ignorancia supina con la que, al parecer, una y otra
vez no dejan de incomodarnos. La acedía de nuestro vino en la vida eclesial no
nos puede contentar cuando se desarrollan hasta la náusea devociones sin
cuento, decisiones canónicas más fieles al derecho que a la misericordia
evangélica, manifestaciones externas de culto a los santos que quieren coexistir
con una patente ignorancia de las páginas evangélicas y del proyecto del Reino
de Dios que contienen. No es de recibo que sigamos dando la vara con la
doctrina cristiana cuando se olvida la vivencia de la fe en Cristo Jesús. Tampoco
es de recibo nuestro vino acedo cuando las comunidades creyentes no acabamos de
entusiasmar ni de contagiar la trama de la diaria convivencia, pues en ella se
multiplican desigualdades de trato y remuneración; los abusos a inocentes y el
imperio de la posverdad por no decir la mentira; la frivolidad independentista
desde el limbo de la ilegalidad o la imposición, venga o no venga a cuento, de
la ideología de género; los alarmantes déficits educativos, la impunidad que
parece disfruta el mundo de la corrupción nacional. La relación se prolonga
hasta la frustración.
Puede que el vino de nuestro momento histórico
esté agrio, pero al que cree en Jesús de Nazaret y su Palabra la dificultad no le
hace desistir, porque es una idónea ocasión para hacer algo nuevo, centrar la
ilusión en la fuerza del Señor no en nuestras decisiones, y para no eximirnos
nunca del mejor servicio: dar razones de nuestra esperanza, que es la forma que
tenemos los cristianos de que nuestro vino tenga un sugerente bouquet.
Fr. Jesús Duque OP.