Renacer
El profesor Elzo, que con acierto nos ha ilustrado
en numerosas ocasiones sobre la adolescencia y juventud españolas, sus
expresiones y demandas, estigmas y aportes; que nunca rehusó afrontar desde su
atalaya sociológica no pocas aristas de la cotidianidad vasca y publicó notables
estudios sobre religión y familia en nuestra sociedad, acaba de entregarnos una
atrevida provocación en forma de libro que, a buen seguro, sorprenderá a quien
se acerque a sus páginas con espíritu sereno. Sorpresa, sí, porque desde la
madurez personal y académica del hoy emérito catedrático de Deusto nos llega
una propuesta fresca y saturada de innovador futuro.
Si superamos el clericalismo, si dejamos de mirar
hacia atrás, si no nos humilla el constatar la irrelevancia social de la
institución eclesial, nos espera la edad de oro del cristianismo, de otro
cristianismo distinto al presente, de otro modo innovador de ser cristiano. El
autor apuesta por vivir nuestra creencia en la sociedad plural y secular, donde
trabajaremos de distinta forma el proyecto del reino de Dios con todas las personas
de buena voluntad, creyentes o no. Nunca como hoy ha estado la Iglesia católica
tan alejada del poder político, como no ha estado tan extendida por todo el
orbe. Desde esta base el profesor Elzo perfila su retadora intuición. Aboga por
una Iglesia que en sus decisiones entienda que no es la única depositaria de la
verdad, por tanto abierta, flexible y siempre en diálogo sin complejo alguno con
la realidad circundante y con otras creencias e instituciones que, como ella,
se ocupan en buscar sentido a nuestra vida y en edificar una convivencia más
solidaria poniendo en el asador de nuestro quehacer creyente toda la fibra
humana posible.
Editado en San Pablo, con el rótulo de Morir para renacer y con un subtítulo
revelador, Otra Iglesia posible en la era
global y plural, es un libro que nos anima a caer en la cuenta que la edad
de oro de nuestra fe está por venir, y ese futuro está en nuestras manos. La
lectura de estas páginas nos desgranan esta lúcida sugerencia de un buen
conocedor de la Iglesia y sociedad españolas.
Fr. Jesús Duque OP.