Santo Domingo de
Scala-Coeli * Dominicos * Córdoba
Enfermos de bienestar
No son muchas las objeciones que se presentan al
planteamiento teórico del Estado del Bienestar; cosa muy distinta es que el
resultado de tal apuesta histórica en los países del I Mundo, en su contenido y
expresiones, sea del agrado de todos. Me refiero no solo al singular síntoma
del black friday de estos días, que
también, sino al síndrome de frivolidad y ligereza que nos invade desde hace
bastante tiempo.
Estamos en una sociedad que alardea de abundancia
y, por ello, todo está, o parece estar, al alcance de la mano. Se vende y se
compra apariencia de felicidad, se impone un ritmo de vida agitado con el
riesgo cierto de episodios depresivos y tiempos prolongados sin sentido vital.
Abundan los famosos de la nada y los iconos del azar y del enriquecimiento rápido.
Todo se antoja fácil y tiene que ser obligadamente placentero. Banalidad que no
da cabida a rearme ético ni permite un coraje vital que nos abra los ojos al
igual, a la trascendencia, al compromiso, a la paz interior, a la cultura del
esfuerzo y a la honradez.
Esta dolencia de nuestro hoy tiene cura porque
nada que vive está dejado de la mano de Dios. Hay que mostrar voluntad de
mejora que nos permita alumbrar nuevos retos y mejores alegrías. En este
contexto el evangelio del inicio del adviento suena con rotundo mensaje: No sean frívolos, sacúdanse el sopor. Pues
cabe en nuestro horizonte personal y colectivo ser más sensatos, más lúcidos,
más inteligentemente creyentes. No debemos perder más tiempo en un modo cansino
de vivir, sin fuste ni brío; la fe cristiana dispone de sobrados recursos para
recuperar el mejor tono, la densidad de la esperanza.
Fr. Jesús Duque OP.