Resumen de la Conferencia pronunciada por el P. José
Antonio Segovia O.P.,
el 5 de Octubre de
2013,
en la Casa de Jesús Nazareno, de las Hermanas
Hospitalarias Franciscanas, de Córdoba
con el título:
“El P. Posadas y el P. Cristóbal,
reformadores de la vida cristiana en Córdoba por su
santidad de vida”
I. El P. Cristóbal y el P. Posadas: Una relación Humana, Espiritual y Apostólica
Con ocasión de la Beatificación del P. Cristóbal y del tercer
Centenario de la muerte del P. Posadas hemos tenido un encuentro entre la
Familia Hospitalaria y la Familia Dominicana.
¿Qué relación se estableció entre ellos y qué alcance tuvo
para Córdoba?. El P. Posadas afirma.
Bien puedo decir que en 16 años que conocí al P. Cristóbal, unas veces como
amigo, otras como confesor y algunas como fiscal no hallé cosa que desdijese de una pobreza admirable y de un
espíritu alegremente pobre. Y describe con detalles, cómo toda su persona, ojos,
oídos, manos y pies, entendimiento y voluntad, estaba todo él al servicio de la caridad.. El corazón lo
tenía dado a los prójimos, era el corazón de todos y de cada uno, por eso
gozaban de paz y unión. (P. Posadas).
Por eso, si la miseria resultaba irresistible en Córdoba, la gracia se hizo palpable en esa relación humana,
espiritual y apostólica del P. Cristóbal y del P. Posadas, con el servicio profético de Caridad desde el Hospital de Jesús Nazareno, con el P. Cristóbal, en el barrio de S. Lorenzo y la Predicación y denuncia desde el Hospitalico con el P. Posadas, en el barrio de Santa Marina (Callejón del Adarve).
El ejercicio de la Caridad desde El Hospital de Jesús Nazareno y el Hospitalico
del P. Posadas. El “Hospital” fue como un sacramento de lo que Dios quiere
y puede hacer con sus hijos en situaciones límites. “La ciudad de Córdoba
andaba en aquellos momentos como casa sin luz, como mundo sin sol, como nave
sin piloto, como hijo sin padre y discípulo sin maestro: llena de ingentes
necesidades, que a los ojos de los corazones más duros pedían remedio, cuanto
más a los de Dios, que tanto mueven nuestras miserias…Sus casas sin ejemplos de
los padres en la virtud y valores cristianos. Sus obras sin espíritu, sus
palabras sin Dios, sus conciencias sin virtud. De las casas sólo salían
clamores de culpas. No había quien le viese la cara a la virtud, ni conociese
su semblante, porque aunque había en los
monasterios de uno y otro sexo muchos religiosos y religiosas de gran virtud,
como está retirada en los claustros, faltaban por las calles los que la
profesaban, no había quien diese noticia a los ojos de lo que habían de obrar
las manos, ni quien dijese con el ejemplo de la persona el camino de la otra
vida, por el ejercicio de las buenas
obras, que llevan al alma hasta ver a Dios.
La relación se formó y consolidó, saliendo los dos de sí
mismos, y buscando cada uno el remedio
al sufrimiento de los pobres. Relación que nos invita a nosotros meditar en el
alcance de nuestras relaciones para el servicio de la caridad apostólica. ¿Cómo
trabajamos?. ¿Con qué eficacia?. ¿Qué alcance tienen nuestras relaciones en lo
que hacemos por los demás?.
2. ¿Qué aportó el P.
Posadas para la ayuda y reforma de Córdoba de su tiempo? Envió
Dios a Francisco a la ciudad de Córdoba, como a Jeremías a Jerusalén, para que
arrancase los vicios, plantase las virtudes, disipase los males, hiciese crecer
los bienes, destruyese el reino del mal
y edificase el Reino de Dios, convidando a las almas con sus divinas
misericordias
¿Qué logró
con todo su trabajo de predicación profética?. Al ayuntamiento de la ciudad,
predicó una Cuaresma en su sala Capitular, “Los ladridos evangélicos”. Y
como tanto había recorrido las calles y percibido el mal olor de sus moradores,
daba a las autoridades los ladridos, para que despertando del sueño de su omisión,
velase sobre la ciudad y entendiese y colaborase en su reforma. Les recordaba
todas sus obligaciones, descubría donde y cómo estaban los males y ofrecía los
remedios. Fr. Pedro de Alcalá
Podemos decir
que el P. Posadas, llegó a convertirse
en el hombre más influyente y respetado de la ciudad, por su predicación, por
la santidad de vida, el servicio de la Caridad. El hijo de la vendedora, era a
fines del S.XVII el oráculo al que todos consultaban y gracias a ello influía en
todas las clases sociales, arreglaba discordias familiares, matrimonios
desiguales, conversiones repentinas y pedía para los pobres.
En los “Ladridos evangélicos” al ayuntamiento
de Córdoba, decía: Una de las llagas que padece esta ciudad, es la falta de
justicia en pagar los ricos las deudas a los pobres. ¡Qué caudales de pobres
tienen consumidos los ricos. ¡Qué de viudas, que de de pobres,, que de
trabajadores y criados lloran lo que se les debe porque no se les paga..
Creía que la salvación de la sociedad estaba,
en una reforma de las estructuras, pero sobre todo en la caridad y en la vida cristiana.
Predicó por
toda la ciudad, dejando movidos los
corazones al amor de la justicia, a evitar los escándalos públicos y cuanto
debe prohibir el buen gobierno. Introdujo una cristiana reforma en todo género
de gentes, oficios, estados y empleos; comenzando por los sacerdotes y predicadores, a
quienes redujo con su ejemplo a que solamente buscasen en su trabajo la gloria
de Dios, eligiendo los asuntos más provechosos, discursos más claros y estilo
más inteligible de los oyentes.
Su
predicación de reforma de vida tuvo
siempre la ayuda de la Virgen y su Rosario, dando lugar
a que esta devoción se extendiese por todo el pueblo. Pobló de ministros los
confesionarios y las iglesias de penitentes, que aumentó la práctica de los
sacramentos por su predicación. Y sobre todo su contó la influencia de su magisterio
espiritual mediante el cual oriento vidas y conciencias, tanto en medio del
mundo como dentro del claustro,. Deseaba tanto esta reforma que decía a los
predicadores: “No solamente con ladridos, sino con los dientes, como buenos
mastines, debemos solicitar el remedio a tantos males..
La reforma de Córdoba y su aportación a los problemas
sociales, espirituales y económicos, tuvieron que ver con su Predicación
Profética, pero sobre todo, con su ejemplo de vida. Por eso, el P.
Cristóbal y el P. Posadas, serán siempre dos profetas para este pueblo, y la
renovación cristiana del mismo.
3. Caridad y
Humildad del P Posadas en su Predicación
Profética.
La
Caridad y la humildad siempre van unidas.
Francisco no amaba sin humildad, ni se humillaba sin amor; en estas dos virtudes, él bajaba subiendo y
subía bajando. Por eso, solía decir. “De esta manera tan beneficiado, y tan
poco agradecido, camino en los brazos del mismo amor, ofendiendo al bienhechor
y al beneficio.
El punto de
partida de la humildad del P. Posadas fue siempre, la experiencia del
amor de Dios. Es esta experiencia quien le lleva a reconocerse pobre,
dejando esta pauta de vida para todos:
“El mismo amor que me hace, me deshace”. “Yo me deshago con impulsos
vehementes de amor”.
Cando alguien
le consolaba recordándole sus muchos
trabajos, respondía: “ No puedo negar esa verdad, pero ¿cómo los he hecho?.
¿Con qué defectos?. ¿Qué se yo si mirados por aquellos ojos divinos, a quien
nada se esconde, se encontrará algo que
pueda ser agradable?. El P..
Posadas, cuanto más elevado, se ve más hundido, y cuanto más formado, más
deshecho. Y es que al amor en tan alto grado, todo le parece nada. Por lo que
decía “ En las obras muchas veces conozco que las obro por el puro amor de
Dios, salvo los defectos, que no conoce
mi falta de humildad.. La humildad fue siempre la compañera de su mucho
amor.
¿Pero dónde
cultivaba esa humildad, que era como el guardián de las buenas obras, y el muro
que las defiende?. En el conocimiento de su propia verdad. Mientras
todos lo consideraban perfecto, él se reconocía lleno de muchas miserias.
Mientras era para muchos la luz que les abrió los ojos al conocimiento de Dios,
él decía: Yo soy sólo como un papelón, que representa lo que no es.. Y
desde ese reconocimiento de pobre, se consideraba como un
lodo, que su Dios había tomado en sus manos, para formar imágenes suyas. Hizo mucho,
pero todo le parecía nada, porque miraba su verdad interior llena de pobreza. El
mismo reconocía que Dios lo había tomado como instrumento para dar luz a las
almas; pero cuando se miraba a sí, decía que era un tizón ennegrecido. Yo
soy el que no soy y Dios es el que es, decía.
Este
conocimiento de su pobreza, lo alimentaba, con el recuerdo y aprecio de sus
orígenes humildes, su casa, la tienda de su madre, la vendedora de huevos y
verduras”. Por eso, para fomentar más aún la humildad, le gustaba recordar y recorrer el lugar donde
nació, y decía a las personas importantes que le acompañaban:. “Me alegro
cuando paso por aquí, porque como me crié entre los canastos de aquella tienda,
me es de gusto acordarme cual andaba por aquí cuando muchacho. Cuando me ven
pasar por la ciudad, dicen unos: “Allí va el Padre Posadas; y otros, allí va el
hijo de la vendedera. ¡Que vamos a hacer!. Hable el mundo como quiera, y
vivamos nosotros como debemos. Yo soy hijo de una vendedera.
Tan enemiga
era su humildad de los puestos de honor, como amante de los oficios que
conllevan desprecio. Y así dijo muchas veces a sus hijos espirituales.. Si
yo fuera un seglar, no tomaría otro
oficio que el de basurero, de quien nadie hiciese caso. En una ocasión le
preguntaron por qué lloraba y él respondía, porque no queriendo más que
hallar en todos el desprecio, no encuentro sino la honra.
Esta humildad y sencillez le permitió vivir en libertad interior sin
apego a cosas, cargos, o personas, desde
un hábito nuevo, al cargo de Prior o la mitra de dos obispados. Precisamente,
cuando lo eligen Prior del convento de los Mártires, renuncia por cuidar y
mantener a los pobres y a sus frailes de
Santo Domingo, diciéndole al Provincial:
“ Espero que vuestra paternidad atenderá la súplica de este hijo que elige primero remar en
galeras, antes que ser Prior... Al renunciar a dos obispados, el de Cádiz y
de Alguer decía: Las mitras más honran puesta a los pies, que sobre la
cabeza. Antes pondré la cabeza en la tumba que en la mitra. Suelen ser
las dignidades como las sombras, no sólo por la brevedad con que pasan, sino
porque siguen el mismo cuerpo que las huye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comparte con nosotros...