sábado, 6 de diciembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (8)

 



Envío


    «Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el Reino de los cielos». Estas palabras de Jesús resuenan con fuerza particular en el contexto del Jubileo de la Esperanza y del tiempo de Adviento. Ambos nos invitan a salir de la indiferencia, a levantar la mirada más allá de nuestras seguridades y a ponernos en camino hacia quienes se han alejado, perdido o sienten que ya no tienen lugar. Esta entrega total es el camino que nos asemeja a Cristo.

    Mientras aguardamos su llegada, somos enviados a anunciar que el Reino ya está entre nosotros. Ese anuncio no se hace solo con palabras, sino con gestos concretos de amor, perdón, justicia y solidaridad. El Jubileo, por su parte, nos recuerda la misericordia de Dios, que renueva la vida y abre siempre la posibilidad de un nuevo comienzo.

    Esperar al Señor que viene implica abrir caminos de esperanza en medio del dolor, tocar las heridas del mundo con gestos concretos de misericordia y devolver la dignidad a quienes han sido marginados. Curar, limpiar, liberar… son imágenes de todo lo que el amor de Dios puede hacer cuando encuentra corazones disponibles.

    Proclamar que ha llegado el Reino es ser mensajeros de esperanza en medio de un mundo herido por el miedo y la desesperanza. Es recordar que Dios no abandona a sus hijos y que siempre hay un camino de regreso.

    Por último, la frase “Gratis habéis recibido, dad gratis” orienta nuestra misión: lo que ofrecemos no nace del orgullo ni del interés, sino de la gratuidad con la que Dios nos ha amado primero. En Adviento, el envío se vuelve llamada urgente a vivir y anunciar una esperanza que ya ha comenzado en Cristo.



Oración

Señor Jesús,
que nos envías a las ovejas descarriadas
y nos mandas proclamar que ha llegado el Reino de los cielos,
haz de este Adviento un tiempo de verdadero despertar para nuestro corazón.

Muéstranos los caminos por donde caminan los cansados,
los que han perdido la fe,
los que se sienten solos, confundidos o lejos de Ti.
Danos tu mirada compasiva y tu palabra llena de esperanza
para anunciar con gestos y obras que Tu Reino ya está cerca.

viernes, 5 de diciembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (7)

 



Compasión

    En el relato de este día, los dos ciegos representan a la humanidad que, consciente de su oscuridad espiritual y limitaciones, busca la luz de Cristo. Su acción es seguir a Jesús y su clamor persistente: "Ten compasión de nosotros, hijo de David". Ellos, privados de la vista, son capaces de reconocer lo que muchos no ven: que Jesús es el Mesías esperado. No observan sus milagros ni contemplan su rostro, pero perciben su presencia y confían en su poder sanador. Su grito brota de la necesidad, pero también de la fe.

    La respuesta de Jesús es una llamada a la confianza personal. Al preguntarles: "¿Creen que puedo hacerlo?", Jesús les invita a un encuentro íntimo. Sus ojos se abren "conforme a su fe", demostrando que la fe es la llave que abre la puerta a la gracia de Dios.

    Para el Adviento, este pasaje es una invitación a despertar nuestra fe y a gritar con esperanza en medio de un mundo a menudo ciego al amor de Dios. Nos enseña que la salvación no es para los autosuficientes, sino para aquellos que reconocen su necesidad de misericordia y se acercan a Jesús con humildad y perseverancia. La ceguera, en este contexto, simboliza también las cegueras modernas: el materialismo, el orgullo o la distracción, que nos impiden ver los verdaderos valores del Reino.

   Adviento nos invita justamente a eso: a reconocer al Señor que pasa, incluso cuando nuestras propias cegueras —miedos, dudas, rutinas, cansancio— nos impiden verlo con claridad. Nos urge a pedir a Jesús que toque nuestros ojos y nos libere de estas ataduras, permitiéndonos ver su presencia salvadora.

    Aunque Jesús les pide silencio, ellos, llenos de gratitud, no pueden callar su experiencia. Su testimonio nos recuerda que un encuentro genuino con Cristo transforma y nos impulsa a compartir la buena noticia.



Oración

Señor Jesús, ten compasión de nosotros:
sana nuestras sombras,
despierta nuestra esperanza,
abre nuestros ojos para descubrir tu paso silencioso
en los pequeños gestos de amor de cada día.

Que este Adviento sea un tiempo de fe humilde y sincera,
donde aprendamos a clamar, a esperar y a creer.
Y cuando llegues a nosotros,
encuéntranos vigilantes, agradecidos y dispuestos a caminar contigo
con una mirada nueva.

Amén


jueves, 4 de diciembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (6)

 



Testimonio


    El Adviento es un tiempo de espera gozosa y preparación para la venida del Señor. La frase "construir en roca" nos invita a una profunda introspección sobre los cimientos de nuestra vida cristiana.

    “Construir en roca” representa poner en práctica Sus enseñanzas. No se trata de una fe teórica, sino de cimentar nuestra existencia en la Palabra de Dios, que es un fundamento sólido e inmutable. Ante las "lluvias, ríos y vientos" de la vida —desafíos, crisis e incertidumbres—, solo una fe anclada en Cristo nos mantendrá firmes.

    De la lectura del Evangelio reconocemos que Jesús, con sus gestos, su predicación y su propia Persona, nos revela el verdadero rostro de Dios y, al mismo tiempo, nos revela a nosotros mismos, nos hace sentir la alegría de ser hijos del Padre que está en el cielo, indicándonos la base sólida sobre la cual debemos edificar nuestra vida.

    Simultáneamente, somos llamados a dar testimonio. Este testimonio es la manifestación visible de nuestra fe vivida. El testimonio no es solo hablar, sino vivir de tal manera que nuestra vida refleje los valores del Evangelio. Exige coherencia, valentía y humildad. No se trata de grandes gestos, sino de la fidelidad cotidiana: escuchar al que sufre, ofrecer tiempo al que está solo, perdonar aun cuando cuesta, defender la verdad con respeto. Cada acto de amor sincero se convierte en un ladrillo que fortalece esa construcción sólida que resiste la lluvia, el viento y los momentos de prueba.

    Este Adviento se convierte así en un compromiso activo: preparar el corazón, vivir la esperanza y la solidaridad, y ser faros de la presencia de Dios en un mundo que necesita cimientos seguros.



Oración


Señor Jesús,
en este tiempo de Adviento en el que aguardamos tu venida,
te pedimos la gracia de dar un testimonio firme,
edificado sobre la roca sólida de tu Palabra.

Te suplicamos que fortalezcas nuestro corazón,
que nos enseñes a escuchar tu voz
y a vivir con fidelidad lo que nos pides cada día.

Haz, Señor, que nuestro testimonio sea humilde y auténtico,
capaz de iluminar a quienes caminan en busca de sentido.

Amén.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (5)


 



Esperanza

   Esperar en Dios es confiar en que su promesa se cumple incluso cuando todo parece oscuro. La esperanza evangélica no es pasividad, sino movimiento interior que sostiene, anima y renueva. Quien espera en el Señor descubre que cada día trae una gracia nueva.

   A pesar de las tribulaciones, la esperanza nos asegura que nuestra liberación está cerca, invitándonos a levantar la cabeza y confiar en la promesa de salvación de Dios. En la certeza de que Dios cumple sus promesas y nuestra salvación está cerca.

   Se nos invita a avivar la llama de la esperanza, mirando al futuro con un corazón confiado y una visión de futuro, rompiendo con la prisa del mundo actual. La esperanza cristiana no es una idea abstracta, sino una acción concreta que nos lleva a prepararnos para la venida del Señor. Es el latido interior del Adviento.

   La esperanza cristiana nace del amor primero de Cristo: Él nos amó cuando aún no podíamos responder y ese amor sostiene el futuro. La esperanza no es optimismo ingenuo, sino confianza en que Dios actúa incluso cuando no vemos resultados inmediatos. En un tiempo marcado por incertidumbres culturales, guerras y cansancio social, el Jubileo de la Esperanza, en el que nos encontramos durante todo este año, propone recuperar la esperanza como fuerza transformadora.

   En Adviento, la esperanza se celebra y se ejercita: esperamos un Dios que viene a sanar la vida, a recrear lo que parecía perdido, a ofrecer caminos nuevos donde solo veíamos muros. Esperanza significa creer que el mal no tiene la última palabra. En el día a día, se concreta en gestos de fidelidad, en la capacidad de comenzar de nuevo, en la valentía de perdonar, de dialogar, de servir, de crear espacios de reconciliación.

   La esperanza es luz que no se apaga y que el Adviento aviva en el corazón creyente.


Oración


Padre, que la esperanza de tu venida
 fortalezca nuestra fe.
 En medio de las pruebas,
 que nuestros ojos permanezcan fijos en Ti,
 fuente inagotable de toda esperanza y paz.
 Amén.



martes, 2 de diciembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (4)

 



Fe

    La fe sostiene todo el Adviento. Es la respuesta confiada a la Palabra que se anuncia. María y José son modelos de fe: ambos dicen “sí” a Dios aun cuando el camino parece incomprensible.

    La fe nos impulsa a mirar más allá de lo inmediato, a reconocer la presencia de Dios en medio de la fragilidad del mundo. Es ante todo relación: creer es saberse amado por Cristo y abrirle el corazón.

    En Adviento, la fe es dinámica: escucha, acoge, camina, espera. Es la virtud que sostiene en los momentos de oscuridad, cuando todavía no se ve el cumplimiento de la promesa. Es la luz que ilumina la ceguera de nuestros ojos, ofuscados por las vanidades terrenas.

    La respuesta de Jesús a nuestra fe es la iluminación del entendimiento y la sanación del alma. Solo creyendo que Él puede hacerlo todo, recibiremos la gracia de ver con claridad el camino que nos lleva a Belén y al Reino de los Cielos.

    La fe convierte cada día en posibilidad: incluso lo pequeño puede transformarse porque Dios actúa en lo escondido, en lo cotidiano. Nos prepara para reconocer al Dios que viene en lo humilde: en un pesebre, en un gesto de amor, en un hermano necesitado.


Oración

Señor Jesús,
te pedimos enciendas
en nuestros corazones
la llama de la esperanza
y la fe,
para que permanezcamos 
vigilantes esperando
con alegría tu llegada.


lunes, 1 de diciembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (3)

 



Promesa


    La promesa es el núcleo de las primeras lecturas del Adviento: Dios cumple lo que anuncia. No se trata de una promesa abstracta, sino de una palabra fiel que se hace carne en Jesús. La promesa divina no es un evento pasado, sino una realidad viva que nace y renace en la vida de los creyentes. El mensaje es claro: preparar el corazón para acoger a Jesús implica vivir de manera más consciente y generosa.

    En Adviento, contemplar la promesa nos invita a mirar la realidad desde la confianza y no desde el fatalismo. Todo creyente vive sostenido por una promesa: que Dios está con nosotros, que nos conduce, que transforma el dolor en camino y la oscuridad en amanecer.

    La promesa impulsa la acción: no esperamos pasivamente, sino colaborando con la llegada del Reino. La promesa también educa el corazón en la paciencia; no todo se cumple de inmediato. Dios nunca falla, su fidelidad hacia nosotros es segura, cumple siempre su promesa de amor, pero no de la manera que los hombres creemos, la cumple de la manera más inesperada. En un mundo de incertidumbres, vivir de la promesa es un acto profundo de esperanza que nos sostiene y nos envía.


Oración

Padre, tu promesa de salvación 
es nuestra mayor esperanza.
Ayúdanos a vivir con justicia y derecho,
sabiendo que cumplirás tu palabra
y harás nacer un vástago santo
para nuestra redención. 
Amén.




domingo, 30 de noviembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (2)

 



Vigilancia


   Jesús nos llama a estar despiertos y preparados en todo momento, pues no sabemos cuándo vendrá el Señor. Estar vigilantes es vivir conscientes de su regreso, no distraídos por lo mundano. Es mantener el corazón despierto ante la presencia discreta de Dios.

   Cuando Jesús exhorta: “Velad, porque no sabéis el día”, esta vigilancia no es temor, sino esperanza activa. Significa mantener el corazón despierto a la presencia de Dios en un mundo que con frecuencia se vuelve indiferente.

   Como nos dice el papa León XIV en su Exhortación “Dilexi te”,  Cristo nos buscó primero y la vida cristiana debe ser respuesta amorosa: vigilar es acoger ese amor en lo cotidiano.

   Y esa vigilancia se ha de expresar en actitudes muy concretas: atención al hermano, cuidado de la creación, serenidad ante la incertidumbre y disponibilidad interior para escuchar la voz del Espíritu.

   En Adviento, la vigilancia no se orienta solo al futuro, sino al presente en el que Dios ya actúa. Esperamos su venida gloriosa, pero también su irrupción humilde en los gestos sencillos. En un mundo acelerado, la vigilancia se convierte en resistencia espiritual: un modo de no dejarnos narcotizar por el ruido, la prisa o el miedo. Vigilar es creer que Dios llega hoy, y que su llegada es siempre portadora de consuelo, justicia, misericordia y renovación profunda.

   La esperanza nos llama a estar despiertos y atentos a los signos de la venida del Señor en nuestro mundo, manteniendo una actitud de oración constante para no perder el foco ante las preocupaciones cotidianas.


Oración

Dios de la espera, 
concédenos un corazón vigilante 
y despierto ante tu inminente llegada. 
Que, libres de ataduras mundanas, 
estemos siempre preparados 
para salir a tu encuentro con alegría y esperanza. 
Amén.



sábado, 29 de noviembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (1)

 



RECOGIENDO EL FRUTO DEL AÑO JUBILAR: Cristo es nuestra Esperanza



Vamos a vivir este Adviento concluyendo el Año de la Esperanza. ¿Pero, con qué frutos?. ¿Qué alcance ha tenido en nosotros la Reflexión, la Oración y Compromisos de este Año?. Vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron les dio poder de ser hijos de Dios.(Jn 1,11).

Nos ayuda a recoger la cosecha de este Año Jubilar, la llegada de Cristo como Amor transformador de Dios. En un mundo que necesita urgentemente esperanza y sentido, esta Palabra de Sabiduría nos dice que Cristo es la Esperanza que necesita el hombre, porque es El quien nos hace hijos y hermanos.

1. En Adviento hacemos posible que Dios se encarne. La Encarnación se expresa mediante lo más profundo que Dios tiene: su Palabra, con la que Crea, Llama, Libera, Anuncia tiempos mejores y salva. Palabra de Dios, Sabiduría y Felicidad se dan cita en Jesucristo. Sabiduría que, más que conocimientos, títulos o ciencia, es saber vivir con dignidad y paz. En un mundo que a menudo enfrenta crisis de sentido, divisiones y deshumanización, la Palabra y Sabiduría de Cristo es una luz para reconocer la dignidad de cada persona. Por eso es también esperanza y felicidad de todos.

2. En Adviento meditamos y examinamos, ”Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”. Esta advertencia de S. Juan refleja la resistencia humana a abrirse a Dios como Esperanza. En un contexto donde la indiferencia religiosa o el rechazo a la fe son comunes, este rechazo no es nuevo, pero sigue siendo un reto para los creyentes. Y nos invita a preguntarnos ¿cómo acogemos a Cristo en nuestra vida? ¿Reconocemos su presencia en los demás, especialmente en aquellos que parecen alejados o que piensen diferente?

3. En Adviento recogemos el fruto de nuestra Esperanza que es Cristo. “A cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios”. San Juan nos recuerda que la filiación divina no es un derecho adquirido, sino un regalo que se recibe por la fe. En una sociedad que tiende a valorar el individualismo y la autosuficiencia, este versículo subraya que nuestra identidad más profunda se encuentra en nuestra relación con Dios. Somos hijos, no por mérito, sino por gracia y esto nos llama a vivir con humildad y gratitud.

4. En Adviento recogemos el fruto de la Fraternidad universal. La Esperanza nos hace hermanos. Con ella podemos ser una luz en medio de las tinieblas, crear situaciones nuevas de fraternidad; con nuestras palabras podemos dar vida a quien está en la muerte del abandono, mediante compromisos de amor, pues El también se ha encarnado para hacer nuestra palabra una palabra de luz y de misericordia. En un tiempo donde el desánimo, la injusticia y la desesperanza parecen oscurecer el horizonte, nosotros podemos ser y tener una Palabra de Esperanza para los demás.

Nuestra misión como cristianos es recibir la Palabra de Cristo, dejar que transforme nuestra vida y compartirla con alegría y valentía en la vida cotidiana.


Fr. José Antonio Segovia O.P.


Oración:

Señor Jesús, al comenzar este Adviento abre mi corazón para que cada día 
me disponga a escucharte, recibir tu luz y vivir con esperanza renovada. 
 Purifica mis pensamientos, fortalece mi fe y enséñame a amar con humildad. 
Que tu Palabra transforme mis decisiones y tu presencia sostenga mis pasos. 
Ayúdame a perdonar, servir con alegría y construir paz donde haya conflicto.
 Hazme instrumento de tu ternura y testigo de tu misericordia.
 Transforma todo mi ser para acoger tu salvación 
con corazón dispuesto y confiado. Amén.


miércoles, 19 de noviembre de 2025

Aula de Espiritualidad Popular "Beato P. Posadas, OP": Presentación en Córdoba del documental "Félix Hernández, OP. Cuando el lienzo es Evangelio"

 




      Dentro del Aula de Espiritualidad Popular “Beato P. Posadas”, de los dominicos en Córdoba, el pasado martes, día 18, tuvo lugar una edición especial de “Conocer, contemplar y orar una pintura”, con la presentación en Córdoba del documental dirigido y realizado por Santi Vedrí, “Félix Hernández, OP. Cuando el lienzo es Evangelio”, dentro de su periplo por las principales capitales españolas.

     El mismo se concibe como un viaje a través del arte abstracto de fr. Félix Hernández, OP, de la comunidad de Santo Domingo de Scala Coeli, donde el color, la forma y la luz se convierten en una predicación visual. Influencias, espiritualidad y dominicanismo se entrelazan en su obra, revelando la profunda conexión entre fe y expresión artística.


     Este cortometraje, rodado en diversas ciudades como Valencia, Sevilla, Córdoba, Madrid y Roma, muestra el modo en que la pintura se convierte en oración y en anuncio del Evangelio. Se trata de una propuesta visual y espiritual que interpela al espectador desde la belleza, el silencio y la contemplación.

     Tras su proyección y parabienes de los asistentes, que llenaban el recinto donde se realizó la proyección, los cuales coincidieron en la belleza de las imágenes, el pausado ritmo de la narración que ayuda a realizar un visionado orante y las acertadas opiniones de los distintos intervinientes en el documental, se continuó con un distendido diálogo.

    
    Destacamos de las intervenciones lo manifestado por fr. Félix, el cual no hizo más que corroborar algunas de los asistentes, en el sentido de que en esta fase de su pintura se aprecia la influencia de Scala Coeli como Casa de espiritualidad, un sitio privilegiado, tocado por la mano de Dios, donde se respira a Dios por todas partes, lo que ha hecho que lo espiritual tenga ahora más protagonismo en su pintura; además del contacto con la naturaleza y el paisaje de la sierra que rodea Scala Coeli, que ha influido también en la elección de los colores de su pintura actual.

  


   Por último, informar que la próxima actividad del Aula "Beato P. Posadas", dentro del título de "Conocer, contemplar y orar una pintura", ya en su formato habitual de explicación por Fr. Félix Hernández Mariano, OP, del significado artístico y religioso de un cuadro, tendrá lugar el 16 del próximo mes de Diciembre, como en otras ocasiones, en el Convento de San Agustín (entrada por la calle Obispo López Criado, 1).


viernes, 14 de noviembre de 2025

Aula de Espiritualidad Popular "Beato P. Posadas, OP": Edición especial de Oración en torno a una pintura

 





   El próximo martes, día 18, tendremos una edición muy especial de nuestra “Oración en torno a una Pintura”, actividad que organiza el Aula de Espiritualidad Popular “Beato P. Posadas”, de los dominicos en Córdoba.

   Tras su estreno en las principales capitales españolas el Aula presenta en Córdoba el documental dirigido y realizado por Santi Vedrí, “Felix Hernandez, OP. Cuando el lienzo es Evangelio”.

   Se trata de un viaje a través del arte abstracto de nuestro fr. Félix Hernández, OP, de la comunidad de Santo Domingo de Scala Coeli, donde el color, la forma y la luz se convierten en una predicación visual. Influencias, espiritualidad y dominicanismo se entrelazan en su obra, revelando la profunda conexión entre fe y expresión artística.

   Este cortometraje, rodado en diversas ciudades como Valencia, Sevilla, Córdoba, Madrid y Roma, muestra el modo en que la pintura se convierte en oración y en anuncio del Evangelio. Una propuesta visual y espiritual que interpela al espectador desde la belleza, el silencio y la contemplación.

   Tras su proyección tendremos un diálogo, seguro que muy ameno y distendido, con fr. Félix.

   Si el próximo martes, día 18, estás o puedes llegarte a Córdoba, te esperamos a partir de las 19 horas, en el Convento de San Agustín (entrada por la calle Obispo López Criado, 1).

   Anótatelo en tu agenda y anímate, también, a contárselo e invitar a tus conocidos y personas que creas que pueda interesarles.