lunes, 6 de diciembre de 2021

ADVIENTO 2021 desde SCALA COELI: Segunda Semana

EN ADVIENTO 

LA  REGENERACIÓN  nos hace, como a las Madres:  Testigos de  Esperanza

En Adviento y ante la Navidad, los cristianos nos sentimos como si estuviésemos en estado de buena esperanza. ¡Como María! ¿Cómo?. ¿Por qué?. Porque podemos descubrir  que en lo profundo de todo sufrimiento, aún  hay mucha vida. Y esto lo vivimos, no sólo mirando a María, sino  volviendo a la realidad, donde, entre las incertidumbres y  dificultades encontramos a Dios. Sabemos en efecto que la creación  entera  está gimiendo  con dolores de parto, pero en esperanza (Rom 8,18-24). ¿Cómo regenerarnos y alumbrar vida en situaciones embarazosas?. Como María, Madre. ¡Contemplando  desde dentro el fruto de su vientre y mirando hacia el futuro, anhelando como ella,  una vida plena,  para todos, porque Dios sigue latente, en medio de  los sufrimientos  humanos.

1.Nuestra Regeneración de hoy, nos sacará de las muertes de cada día. Tenemos y debemos creer en la Encarnación y en la  Resurrección, pero no como  un hecho privado de la vida de Jesús, que nunca llegaremos a explicar, sino como una resurrección de todos con El en nuestra propia humanidad. El dijo que el Reino ya está presente y éste se pone de manifiesto en la liberación total de los hombres: los ciegos ven, los cojos andan, los muertos resucitan y los pobres son evangelizados.  Cristo es el Hombre de las esperanzas de todos los que sufren en este mundo. En El son vencidos la muerte y las catástrofes.  En Jesucristo  recibimos la respuesta definitiva de Dios a todas las preguntas que nos hacemos los hombres, sobre todo cuando peor lo pasamos; no ha sido la muerte  sino la vida, la última palabra que Dios, ha pronunciado sobre el destino humano. Por eso, el futuro de Cristo es también mi futuro y el futuro de la humanidad.

2. En el mundo hay miedo porque hay sufrimiento, pero también hay alegría porque ya hay resurrección a una vida eterna con El. La muerte ya no tiene la última palabra, pase lo que pase estamos resucitados. Si la muerte no tiene la última palabra, menos aún muchas de las situaciones o circunstancias que nos angustian y tememos. Experimentar esto tiene como consecuencia que la alegría profunda y verdadera ha de ser característica de nuestra vida.

3. La vida nueva,   se logra en unión con Cristo Encarnado y  Resucitado, porque  Dios no solo  toma nuestra carne y nos resucita con El, sino que nos sienta ya desde ahora en los cielos. Nosotros somos testigos, porque comimos y bebimos con El después que resucitó de entre los muertos.  Y como ya estamos ahora con Cristo, la muerte es una de las formas de estar con El (2Cor 5,8). Estoy seguro de que Cristo será glorificado en mi cuerpo ( Flp 1,20). Para mi vivir es Cristo y morir ganancia. (Flp 1,31)

4. Y esta  unión con el Resucitado aquí en la tierra es para siempre. Ya vivamos, ya muramos, somos del Señor (Rom 14,8). En un mundo donde las noticias son cada vez más catastrofistas, donde el pesimismo y el cansancio existencial se van extendiendo, los cristianos estamos llamados a ser, testigos de vida y esperanza, porque Cristo se ha encarnado, ha resucitado y su Vida ha cambiado ya para siempre el  signo de la historia, aunque esto no nos evite las dificultades presentes.


¡MI DESEO DE “REGENERACION ESPIRITUAL” LA PUEDO VIVIR…


1.Como necesidad y anhelo profundo. Todo ser creado necesita regeneración.

La carne humana, pobre y limitada, anhela la vida de Dios. Por eso en su conversación con Nicodemo, Jesús dijo dos veces que el hombre debe nacer de nuevo para ver el Reino de Dios (Jn 3,3-7). La regeneración no es opcional, porque “lo que nace de la carne es carne; y lo que nace del espíritu, es espíritu. (Jn 3,6). Se vive como necesidad de gracia, que yo acojo y coopero con ella.

2. Como “cambio y conversión”. La regeneración es un cambio del corazón

Tal como nuestro nacimiento físico resultó en un nuevo individuo entrando en un mundo terrenal, nuestro nacimiento espiritual resulta en una nueva persona que entra en el reino de los cielos (Ef 2,6). Después de la regeneración comenzamos a ver, a oír y a buscar las cosas celestiales: empezamos a vivir una vida de fe y de santidad. Ahora somos partícipes de la naturaleza divina, habiendo  sido hechos nuevas criaturas (2Cor 5,17). Dios y no el hombre, es el origen de esta transformación (Ef 2,1-8). El Amor de Dios, su abundante gracia y misericordia, son la causa del nuevo nacimiento.  (1Ef,1,19-20).

3.Como “docilidad al Espíritu”. La regeneración es lo que Dios hace en nosotros, en el momento de salvación, junto con el sello del Espíritu Santo (Ef 1,13):  la adopción como hijo (Gal 4,5), y la reconciliación misericordiosa (2Cor 5,18-20). La oportunidad de que una persona viva espiritualmente.  Antes de la salvación, no éramos hijos de Dios (Jn , 1,12),  más bien éramos hijos de la ira (Ef 2,3, Rom 5, 18-20). Antes de la salvación estábamos perdidos; después de la salvación somos regenerados. Y las señales de esta nueva vida son: la paz con Dios (Rom 5,1), un bautismo regenerador (Tit 3,5; 2Co 5,17) y la filiación,  (Jn 1,12-13; Gal 3,26), siendo sus hijos para siempre. Cada regeneración inicia un proceso de  santificación, por medio de la cual nos convertimos en las personas que Dios quiere que seamos (Rom 8,28-30).

4.Regenerarse no se logra por las buenas obras, sino por docilidad y humildad   “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Dios (Rom 3,20). No tenemos necesidad de una reforma personal  como reorganización; pero sí como “nuevo nacimiento”  o “regeneración. ¿Cómo se manifiesta esto ?

a) Mis ojos se abren. Comprendo el mundo de una forma nueva y me comprendo a mí mismo también de un modo nuevo. ¿Qué novedad me ofrece Dios en estos momentos?

b) Me permite ver la presencia de Dios, como el yo divino en la humanidad de Cristo y en la  de los hombres” ¿Cómo se ve iluminada mi realidad por la presencia de Cristo?. ¿Estoy abierto a El?. ¿Me fío de El?

c)  Puedo empezar de nuevo. Nacer de Dios, es la verdadera naturaleza del ser humano. ¿Cómo puedo ir más allá de la realidad humana que me esclaviza?. ¿Estoy dispuesto a nacer de nuevo?. Un autor espiritual entiende el nuevo nacimiento en el espíritu como un “conocimiento de su corazón, comprendiendo cuanto hay en él y no sintiéndose afligido por nada”. ¿En qué aspectos puedo nacer de nuevo?

 

ORACION  a María, Madre, de nuestra Regeneración 

Señora del Adviento, Señora de la preñez evidente y extenuante. ¡Cuánto deseamos que camines con nosotros! ¡Cuánto necesitamos de ti, mujer del pueblo, que viajas presurosa y alegre a servir a Isabel, a pesar de tu vientre pesado y fatigoso!. 

Señora del Adviento, Señora de los Brazos Vacíos, también nosotros estamos preñados de esperanzas y sueños.  Soñamos con que el canto de las aves no vuelva a ser turbado por el ruido de las balas. Soñamos con nuestros niños y jóvenes sin temores, cantando al fruto de tu vientre ya cercano. Soñamos con nuestras comunidades durmiendo tranquilas al arrullo de una oración. Soñamos que nuestros mayores y enfermos se encuentran contigo tranquilos y en paz con nosotros, regalándonos una sonrisa.

Soñamos con que algún día nosotros podamos recuperar el sueño de nuestra vocación a la vida y santidad plena.

Señora del Adviento, la de los Brazos Vacíos, visítanos como a tu prima. Monta en el burrito de tu humildad generosa  y ayúdanos a regenerarnos. Nuestros corazones son pesebres huecos y fríos donde hace falta que nazca tu Hijo.

Ven, Señora, con tus gritos de parto a calentar nuestros corazones, y a seguir tejiendo esperanzas con nosotros, como lo hiciste con Isabel.

Solo así, en medio de la noche iluminada por tus brazos ahora llenos, y por tus pechos que amamantan, podremos volver a soñar y gritar: ¡Ven Señor Jesús!

 

Fr. José Antonio Segovia, OP

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