lunes, 29 de marzo de 2021

SEMAN A SANTA Y PASCUA EN PANDEMIA: Lunes Santo

 

 

LA PASION ORANTE DE JESUS, EN SU PASCUA. 

 Heb 5,6; Lc 22,43ss

 

En su Pasión, Jesús se hace Maestro de Oración. Esta semana la puedo vivir como Iglesia orante, y aprender de El  a unirme a Dios y a los que sufren.

1. Jesús vive en Oración su Pasión, como “comunión y lucha”  divina.

Para Jesús, orar no significó sólo hacerse uno con Dios, sino que fue también un luchar con Dios. Así aparece el camino de Getsemaní al Gólgota: “Padre, si quieres, aleja de mí esta copa de amargura; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 22,42), “Padre, ¿Por qué me has abandonado?.” (Mt 27, 54). Lo llama Padre, pero también se queja y expresa su dolor. La Carta a los Hebreos lo ha expresado así: “En los días de su vida mortal presentó oraciones y súplicas con grandes gritos y lágrimas a aquel que podía salvarlo de la muerte, fue escuchado en atención a su actitud reverente; y aunque era Hijo, aprendió sufriendo lo que cuesta obedecer

Que la oración sea comunión con Dios, lo asumimos. Pero ¿cómo puede ser la oración lucha con Dios?. En la medida en que también lo es contra el sufrimiento. En el Huerto de los Olivos Jesús lucha con Dios, para que lo libere de tomar su cáliz, y esos sentimientos los hace oración. La queja, la acusación o el reproche son también un lenguaje de oración. Al expresarle estos sentimientos y dirigirse con ellos a Dios en su desamparo, puede transformar su desesperación en confianza. Pero conforme  admitía en la oración su dolor y su temor, su actitud fue cambiando. Y así, se dirigió sereno hacia la Pasión. Orando, Jesús intentaba vencer su propio miedo, como nosotros, pero se enfrentó a él. ¿Podría  yo ahora hacer oración de algún sentimiento adverso?.

 

2. ¿Qué papel jugó la oración en  momentos de lucha?. ¡El de un ángel!

- El amparo y la seguridad entrañable que le proporcionó el ángel de la oración durante toda la vida, no abandonó a Jesús a la hora de la  prueba.

- Con ese ángel de la Oración aprendió Jesús quién era Dios y qué tenía que pedirle. Orando, Jesús aprendió a luchar contra el dolor y a ponerse a disposición de Dios, a entregarse a su voluntad. Orando aprendió  a escuchar la voluntad de Dios y a seguirla con libertad. 

- Orar no significa que sea fácil convivir con el dolor. Por eso el aspecto de lucha por defender su vida, porque Jesús era un hombre que amaba su vida y le costaba emprender el camino hacia la muerte. Pero necesitó la oración para expresarse en su dolor, y así recibir el consuelo de  un ángel que le da fuerza para seguir adelante. No le quita el sufrimiento pero le da fuerzas para afrontarlo. ¿Puede ser la oración de este dia para mi, un ángel de consuelo, fortaleza y ánimo?

 

3. ¿Y nuestros ángeles? Lo que esperamos de los otros en los momentos de prueba,  Dios nos lo da en la oración.

En Getsemaní Jesús busca y cuenta con la comunidad de sus discípulos: ”Velad y orad para no caer en tentación”.

Como ser humano sufriente, recurre a la intimidad como bálsamo. Jesús lleva con él a los tres discípulos más importantes, para que le apoyen en su agónica oración. Pero le dejan solo y se duermen. ( Mc 14,32-42).. El sueño tan humano de los discípulos, es el símbolo de los cristianos que giran sólo alrededor de sí mismos o de sus propios problemas, en lugar de abrirse y  reconocer el sufrimiento de los otros.

Y en Getsemaní, también se da la traición y la infidelidad. Jesús experimenta cómo uno de sus discípulos de más confianza, le traiciona con un beso de amistad (Mc14,45). Es fácil imaginar la profunda herida que Jesús siente con ese beso. Y es que un beso no sólo puede ser expresión de amor, sino también de traición. Quien ha sido traicionado en alguna ocasión por un amigo y ve el destino de Jesús, puede experimentar justamente la comunión con Jesús, el traicionado, en su más profunda herida.

¿Qué es lo que más le duele a Jesús?. ¿El miedo al dolor físico?, ¿El abandono de los suyos?. ¿La traición de un amigo?.¿O el silencio de Dios?.. Todo, pero cada cosa en su lugar. En su miedo y angustia Jesús se refugia en Dios y en la soledad de la oración tiene que andar solo por el camino de la debilidad para, en la debilidad del amor, vencer al poder del mal.

 

4. De esta manera, se convierte Jesús en prototipo de orante y creyente.

“Orad para que podáis hacer frente a la prueba”. Sólo con la oración puede Jesús superar su propia tentación. Y sólo la oración puede fortalecer a los discípulos en los muchos combates que les esperan.

“Orar es luchar con Dios”. Sin la oración, somos abandonados a nuestros miedos sin esperanza alguna. La tentación nos da fuerza para superar las tentaciones y los combates de nuestra vida. Y nunca estamos solos en nuestra oración. Dios nos enviará también su ángel para que esté junto a nosotros y nos renueve las fuerzas en nuestro camino.

Jesús es ejemplo de creyente con esa oración “Hágase tu voluntad” ( Mt 26,42). En la pasión cumple El mismo lo que había enseñado a sus discípulos: se entrega a la voluntad del Padre. Obedece como hijo su voluntad, y a pesar del miedo que le sume en una profunda tristeza, se sobrepone y se entrega a ella confiando en que ése es el camino de la salvación para  El y para todos los hombres. ¿Qué alcance viene teniendo la Oración en mi vida y muerte de cada día?                       

 

P. José A. Segovia, OP

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