(Segunda parte de la Conferencia pronunciada
ante los miembros de la Fraternidad Laical Dominicana de
Sto. Domingo de Scala Coeli y P. Posadas, de Córdoba)
SAN
ALBERTO MAGNO
(1206 - 1280)
CIENTÍFICO
Y SANTO
Manuel
Antonio Navío Perales, O.P.
Fraternidad Laical Dominicana de
Sto.
Domingo y P. Posadas - Córdoba
3. Su Obra.
San
Alberto es Magno por la grandeza de su espíritu abierto a lo universal. Observador
nato, dotado de una gran capacidad y vocación analítica, en sus obras destacan
afirmaciones tales como: "Yo lo
observé", "Yo hice el experimento" o, "Esto me lo han
referido pescadores o cazadores expertos".
Destaca
en el campo de las ciencias naturales, cuya finalidad, según dice, consiste en "investigar las causas que operan en la
naturaleza".Fue una autoridad en física, geografía, astronomía,
mineralogía, alquimia (es decir, química) y biología. En sus tratados de
botánica y fisiología animal, su capacidad de observación le permitió disipar mitos
y leyendas populares, como la del águila, la cual, según Plinio, envolvía sus
huevos en una piel de zorra y los ponía a incubar al sol. Muy elogiadas han
sido sus observaciones geográficas, ya que hizo mapas de las principales
cadenas montañosas de Europa, explicó la influencia de la latitud sobre el
clima y, en su excelente descripción física de la tierra demostró que ésta es esférica.
A
pesar de vivir en plena Edad Media, supo alejarse de prejuicios y
supersticiones y basar su conocimiento no solo en las obras de autores
anteriores, sino en su propia experimentación y observación de la naturaleza,
adoptando un método científico, como afirma él mismo en una de sus obras: “… en el dominio de la ciencia no se debe
solamente creer lo que dijeron otros, sino que se debe seguir la disciplina
experimental para investigar por sí mismo la naturaleza de las cosas…”.
Es
preciso subrayar que San Alberto estudia, investiga y analiza todo en función
de la Santa Predicación; por eso utiliza tanto las Ciencias Naturales
(Biología, Botánica, Química, Zoología, Arqueología), como la Filosofía y la
Teología, buscando la síntesis de todos los conocimientos, incluidos los
provenientes del paganismo. Profesor y escritor incansable, en sus escritos,
que forman una colección de treinta y ocho volúmenes “in-quarto”, hay obras
sobre todas esas materias, además de los sermones.
Pero
el principal mérito científico de San Alberto, en palabras de Benedicto XVI, reside
en que, “con rigor científico estudió las
obras de Aristóteles, convencido de que todo lo que es realmente racional es
compatible con la fe revelada en las Sagradas Escrituras, contribuyendo así a
la formación de una filosofía autónoma, distinta de la teología y unida a ella
sólo por la unidad de la verdad”. Por así decirlo, reescribió las obras del
filósofo haciéndolas aceptables a los ojos de los críticos cristianos.
Aplicando el método y los principios aristotélicos al estudio de la teología, se
convirtió en el iniciador del sistema escolástico, que su discípulo Tomás de
Aquino habría de perfeccionar. Así pues, fue San Alberto el principal creador
del “sistema predilecto de la Iglesia”.
Él reunió y seleccionó los materiales, echó los cimientos y Santo Tomás
construyó el edificio. Además, planificó los estudios de la Orden junto con
otros cuatro frailes y de él parte también la corriente místico-agustiniana de su
discípulo Ulrico de Estrasburgo.A pesar de ello, no se ufana de su labor, se
mantiene humilde y reza así: “Señor Jesús
pedimos tu ayuda para no dejarnos seducir delas vanas palabras tentadoras sobre
la nobleza de la familia, sobre el prestigio de la Orden, sobre lo que la
ciencia tiene de atractivo”.
Sus
abundantes obras, que no voy a enumerar, se pueden clasificar atendiendo a los
diversos tipos de enseñanza existentes en las Escuelas de Teología de la época,
en los siguientes grupos:
1) Comentarios de la Escritura, del Antiguo y del Nuevo
Testamento.
2) Comentario del “Liber
Sententiarum” de Pedro Lombardo, y de las obras de Dionisio el Areopagita.
3) “Summa de creaturis”, compendio de su enseñanza en París, evidencia su
asimilación viva de la filosofía griega.
4) Comentarios de la obra de Aristóteles, desde las Ciencias
Naturales a la Metafísica.
5) “Summa Theologiae”, escrita en su vejez, integra su opúsculo “De unitate intellectus” de1256.