domingo, 3 de junio de 2018

La mesa de la Palabra: Creer, crear



Creer, crear

El indudable esplendor con el que en varios lugares de nuestro país se da culto externo al sacramento de la eucaristía no solo marca el brillo festivo de la liturgia del día del Corpus, también genera alguna reflexión digna de tener en cuenta. Como primera providencia no hay que olvidar que la eucaristía es el más rico patrimonio de la comunidad cristiana, lo que no debe dar pie a que su exaltación se convierta en algunos lugares como una especie de desfile de entidades y/o vanidades locales de todo tipo (municipal, castrense, provincial, jurídico y clerical). No debería ser nunca ocasión para que las autoridades religiosas de la localidad erraran su visión y ante la multitud que procesiona nos dijeran que la crisis creyente de nuestro momento está ya superada. Una vez más hay que recordar que quienes creemos somos las personas, si bien en precario por nuestra debilidad. Sabemos bien que nuestra fe supone lucha, debilidad y confianza en quien es la solidez de nuestra creencia, Jesús el Señor. El maestro Miguel de Unamuno, luchador por su fe como pocos, nos dijo que la fe no es creer lo que no vimos, sino crear lo que no vemos. Crear, sí, que la voluntad de vivir con sentido y la confianza en quien creemos nos habilita para construir paz, diseñar verdades, traducir esperanzas, reforzar lazos solidarios, construir espacios fraternos y códigos comunitarios.

Y, como el rector de Salamanca, afirmar que la amistad nos perfecciona, que es bueno fiarnos de Dios y, por descontado, de la Palabra viva de Jesús de Nazaret; y sentirnos fuertes no porque nos sobre fuerza sino porque en la duda buscamos y nos robustecemos. Y, porque en la incertidumbre, caminamos hacia adelante y sabemos llegar al umbral del misterio y decir desde dentro: Señor, yo creo, pero aumenta mi fe.

Fr. Jesús Duque OP.