Señor Jesús:
muéstrame lo que en mí es desorden, confusión,
purifica mi corazón
ordena mis deseos,
rectifica mis intenciones,
para que yo te elija a tí sobre todo,
Bien supremo;
para que vea todos los otros bienes
que me son necesarios a mí y a los demás,
por los que se necesita trabajar.
Señor, todas las cosas del mundo son hermosas,
pero en el orden del amor Jesús nos enseña,
que tú Jesús, nuestro Mesías,
verdadero hombre y verdadero Dios,
nos enseñas con tu muerte y tu resurrección.
Dame oh Dios, reconocer mi pecado
como lo reconoció David.
Haz que la Virgen María
me obtenga,
según decía San Ignacio, tres gracias;
tener un conocimiento interior, profundo,
de mis pecados y detestarlos;
conocer el desorden que hay en mí
para que pueda ordenarme de nuevo;
conocer el mundo, para echar de mí cuanto es vano,
Te pido Señor,
el conocimiento de las circunstancias de la vida,
de las cosas pequeñas
que son causa de grandes errores;
haz que yo no analice,
no pase por alto las deficiencias pequeñas.
Purifícame, Dios mío, con el hisopo
a fin de que yo sea puro;
lávame y hazme más blanco que la nieve.
Devuélveme el sentido de la alegría.
Bendito seas mi Señor.
Amén
(Cardenal Martini)
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