Señor, Dios
Misericordioso,
te conocemos tan poco…
A veces incluso, tenemos la impresión
de conocerte todavía menos.
Nos parece que luchamos contigo,
como Jacob luchó contra el ángel;
nos parece que luchamos
con la imagen que tenemos de ti.
No podemos comprenderte,
no aceptamos a entenderte.
Señor, desvela tu rostro.
Muéstranos el Rostro
de tu Hijo
crucificado.
Haz que en este rostro
podamos comprender algo
de los sufrimientos
que se abaten
sobre gran parte de la
humanidad.
Haz que podamos conocerte
como Tú eres verdaderamente,
en tu Hijo crucificado por nosotros.
En su muerte, en su agonía,
y en su resurrección a la vida.
Amen
(Cardenal Martini)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comparte con nosotros...