viernes, 30 de octubre de 2020

Curso de Psicología espiritual: El Camino espiritual de la fragilidad (3)

 

 LA  EXPERIENCIA DE SER CUIDADO Y QUERIDO POR DIOS,

EN  LA  FRAGILIDAD

           

            ¿Quién nos separará del Amor de Dios? ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre, la desnudez, el peligro, la espada?. Pero Dios, que nos ama, hará que salgamos victoriosos de todas estas pruebas. (Ro. 8,31-39)

            ¡Hágase tu voluntad!, decimos en medio de la fragilidad. Esto significa darle a Dios poder sobre mi vida, dejarse hacer y cuidar por El. Es la fe, que se vive como experiencia de confianza,  de sentirse cuidado y querido por El. Esta experiencia nos da oportunidad para vivir de forma diferente  los estresores cotidianos. Lo que parece que  uno no puede superar por sí mismo, encuentra un soporte en la fe, y lo convierte en algo más llevadero, e incluso es motivo de acción de gracias. ¡Tu voluntad!: ¡Cuídame como sólo Tú sabes hacerlo!

 

I. Contemplar  declaraciones  bíblicas de  Amor  ayudan a sentirse cuidado por Dios.

          1) Puede ser que tú no me conozcas, pero Yo conozco todo sobre ti. Yo sé cuándo te sientas y cuándo te levantas. Todos tus caminos me son familiares. (Sal 139,1-3)

       2)  En mí, tú vives, te mueves y eres... (Hch. 17,28). Te conocí aun antes de que fueras concebido...(Jer. 1,4-5). Yo te escogí cuando planeé la creación... (Ef. 1,11).Todos los cabellos de tu cabeza están contados... (Mt 10,29-31). Porque tú fuiste hecho a mi imagen... (Gn. 1,27). Tú no fuiste un error. Todos tus días están escritos en mi libro. (Sal 139,15)

        3) Es mi deseo compartir mi amor, porque eres mi hijo y Yo soy tu Padre. (1 Jn. 3,1). Yo determiné el tiempo exacto de tu nacimiento y donde vivirías. (Hch. 17,26). Yo te formé en el vientre de tu madre. (Sal 139,13).

         4) Porque Yo te amo con amor eterno...Y nunca dejaré de hacerte el bien. (Jr. 31,3). Te ofrezco mucho más de lo que tu padre terrenal pudiera darte... (Mt 7,11) Porque Yo soy el Padre Bueno. (Mt 5,48). Cada regalo que tú recibes viene de mis manos. (St. 1,17). El plan que tengo para tu futuro ha estado siempre lleno de esperanza. (Jr. 29,11).  Mis pensamientos sobre ti son incontables como la arena a la orilla del mar. (Sal. 139)  Porque tú eres mi tesoro más preciado. (Ex 19,5).

       5) Yo deseo afirmarte dándote todo mi corazón y toda mi alma... (Jr. 32,41) Y quiero mostrarte cosas grandes y maravillosas. (Jr. 33,3). Si me buscas con todo tu corazón me encontrarás. (Dt. 4,29) Deléitate en Mí y te daré todos los deseos de tu corazón... (Sal 37,4). Porque soy Yo quien produce los deseos de tu corazón... (Flp. 2,13) Yo puedo hacer por ti mucho más de lo que tú pudieras imaginar... (Ef. 3.20)

       6) Yo también soy el Padre que te consuela en todos tus problemas. (2 Cor. 1,3-4) Cuando tu corazón está quebrantado, Yo estoy cerca de ti... (Sal 34,18). Como el pastor carga a un cordero, Yo te cargo a ti cerca de mi corazón. (Is. 40,11) Yo quitaré toda lágrima de tus ojos y todo el dolor sufrido en esta tierra. (Ap. 21) Yo soy tu Padre y te he amado como a mi hijo, Jesús... (Jn. 17,23)

     7) Porque en Jesús, mi amor por ti ha sido revelado. (Jn. 17,26). El es la representación exacta de quien Yo soy. (Heb. 1,3). Él vino a demostrar que Yo estoy contigo y no contra ti. (Ro 8,31). Y también a decirte que no estoy contando tus pecados. (2 Cor. 5,18). Porque Jesús murió para que tú y yo pudiéramos ser reconciliados. Y su muerte fue la suprema expresión de mi amor (1 Jn. 4,10)

     8) Entregué todo lo que Yo amaba para que pudiera ganarme tu amor. (Ro 8,31-32). Si tú recibes el regalo de mi Hijo Jesús, tú me recibes a mí. (1 Jn. 2,23). 

 

II. ¿Cómo actúa la  confianza en el Amor de Dios ante las dificultades de la vida?

            1) La experiencia de ser cuidado y querido por Dios nos permite valorar los acontecimientos de forma diferente. Cuando el cristiano deposita su confianza en Él, intentando al tiempo resolver la situación en lo posible, se produce una percepción subjetiva de control sobre los acontecimientos, que resulta fundamental para superarlos'. «Trabaja como si todo dependiera de ti y reza como si todo dependiera de Dios» (I. de Loyola). Puesto que Dios nos ama y nos quiere en todo momento, uno ya no vale por lo que hace,  ni por cómo lo hace, sino por ser amado por El; tampoco necesita resolverlo todo obsesivamente, sino que puede permitirse abandonarse en Dios, dejar en Él su voluntad, aceptar que las respuestas nos las vaya dando a través de la misma vida.

        2) La experiencia de Trascendencia es un regalo para «descodificar» los hechos.  Sabemos que El existe, que Él nos ama: «tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida». Entonces nada de lo que acontece  es  absoluto; lo absoluto está en Él, y todo cuanto sucede queda supeditado a Él. Desde esta seguridad, disminuye la carga emocional negativa que generan habitualmente los acontecimientos estresantes, sobre todo cuando no hay posibilidad de cambio. Y también da lugar a la esperanza, favoreciendo una búsqueda activa de soluciones.

           3) La confianza en el Amor da un significado especial  a los acontecimientos de la vida, en especial a los que resultan más dolorosos. Dar un significado a la tragedia constituye probablemente el elemento central a la hora de afrontar y superar adecuadamente este tipo de hechos. Además, permite valorar que se pueden vencer las dificultades. «El Señor Dios se nos acerca hasta lo más íntimo, hasta nuestro propio corazón, para decirnos ahí, no sólo que Él no es violento, ni nos pide el sacrificio cruento de aquellos a quienes amamos, sino que nos salva y nos ama».

            4) La  fe, que sana y conforta, se asienta en la experiencia de amor que vivo en Oración Aunque la oración se centra muchas veces en los problemas que tenemos, sin embargo, fundamentalmente la oración nos abre en la relación con los otros y en la intimidad con Dios. En concreto la Oración de perdón, que transforma al ser humano, tanto al que ofende como al ofendido: la persona se acepta a sí misma en su limitación y en su debilidad, permitiendo que desaparezcan los sentimientos negativos y vuelva a él el  Amor de Dios, que cambia el significado de los hechos.

           5) La fe en Cristo no tiene sentido sin la presencia de los otros, de los hermanos, de todos aquellos a quienes necesitamos para ser nosotros mismos y que, a su vez, nos necesitan. La dimensión relacional cobra mucha mayor profundidad a la luz de la fe. Y, a su vez, la experiencia de sentirse acompañados por personas que experimentan el mismo y hondo sentimiento de ser amados y cuidados por Dios ofrece un apoyo fundamental para superar las situaciones difíciles de la vida y el día a día agobiante o agotador. La comunidad es otro gran regalo de Dios que Jesús hace evidente a lo largo del Evangelio.

 

III. El Papa Francisco nos ayuda a sentirnos  cuidados por Dios, como a sus hijos- (26/2/2017)

1. Dios no es un ser lejano y anónimo, es nuestro refugio. El vela cada día sobre toda nuestra vida, frente a las preocupaciones que nos quitan la serenidad y el equilibrio.

2. Fiarse de Dios no resuelve mágicamente los problemas, pero permite afrontarlos con el ánimo justo, con valentía. Soy valiente porque me fio de mi padre, que cuida de todo y cuida de mi, que me hace tanto bien.

3. Jesús nos exhorta con insistencia a no preocuparse del mañana, sobre todo porque Dios es un padre amoroso que no se olvida nunca de sus hijos.

4. Es importante sentirlo como Padre en esta época de orfandad, en mitad de este mundo huérfano. No nos alejemos del amor de Dios, cuando nos obsesionamos con las riquezas, manifestando un amor exagerado a esta realidad. Jesús nos dice que esta búsqueda ilusoria es motivo de infelicidad, y da a sus discípulos una regla de vida fundamental. Buscad ante todo el reino de Dios.

5. ¿Y en qué consiste eso? Se trata de realizar el proyecto que Jesús ha anunciado en el Sermón de la Montaña, fiándose de Dios, que nunca defrauda.

6. Es un padre fiel, un amigo fiel, un aliado fiel, pese a las persecuciones. (Mt 6,25-34)       

 

Cuestiones para reflexionar y expresarse.

·         ¿Cómo descubro y experimento en mi vida el cuidado de Dios?

·         ¿Cómo me ha ayudado  la fe  y la confianza ante las dificultades de mi vida?

·         ¿Qué me aportan las palabras del Papa sobre el cuidado de Dios?


ORACION.

            Padre, sé que ordenas todas las cosas para bien de los que te aman, para bien de los que Tú has llamado y elegido. Tú nos has cogido la delantera y has depositado tu confianza en nosotros. Nos has llamado, nos has rehabilitado, nos has puesto en el camino de la salvación y nos has dado tu Espíritu y vida.

            Si Tú, oh Dios, estás con nosotros, ¿quién contra nosotros? Tú, que no reservaste a tu propio Hijo, sino que lo entregaste por todos, ¿cómo no nos darás  con El todas las demás cosas?

            Estoy seguro de que ni muerte, ni vida, ni los ángeles ni los principados, ni las cosas presentes ni las futuras, ni los poderes ni las debilidades, ni las alturas ni las profundidades, ni criatura alguna podrá separarnos de tu amor, oh Dios, presente en Cristo Jesús, Señor nuestro.

 

Fr. José Antonio Segovia. O.P

5 comentarios:

  1. Gracias por hacer alusión a esta experiencia tan fundamental. Me ayuda recordarla una y otra vez, y esta ha sido una de ellas. Gracias por compartir estas palabras José Antonio. María

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  2. Contemplar las declaraciones bíblicas de Amor me ayudan a sentirme cuidada por Dios. Me emociona la ternura de Dios. Ternura de Padre que supera toda ternura maternal humana. "Yo también soy Padre que te consuela en todos tus problemas" (2 Cor 1,3-4) Me consuela, me sostiene, me perdona y me da mucha, mucha paz. Él, conoce y ve mi debilidad y me perdona y me lo hace sentir dándome su paz.
    El encuentro pasado, me ayudó a tomar consciencia de quién es el Dios en quien creo y, quién soy yo, frágil creatura hecha de barro pero que he recibido, gratuitamente, el Espíritu Santo en el bautismo, y el perdón de mis pecados.
    En medio de mis angustias, mi tristeza, mi dolor y a veces, desolación, la asiduidad de la oración me da paz, me cambia la perspectiva desde la que miro nuestra realidad familiar.

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  3. “La experiencia de ser cuidado y querido por Dios en la fragilidad”

    El cuidado de Dios en mi vida lo experimento ante todo por esta CERTEZA:
    la de saber y sentir que Él me habita y me constituye en lo más nuclear de mi persona.
    Algo así como que Él es “más íntimo a mí que yo misma”, como expresa S. Agustín. Él es mi “PRESENCIA AMOROSA”.

    Me ayuda también mucho la ESPERANZA que me produce la Persona y la vida de Jesús, y sus Palabras “Que no tiemble vuestro corazón...Yo volveré y os llevaré conmigo, para que donde Yo estoy estéis también vosotros”. (Juan 14, 1-3)

    Las palabras del Papa me confirman en la confianza de que puedo fiarme de Dios, que Él es mi Padre Bueno y yo su hija muy querida.

    Agradezco de corazón al P. José Antonio sus aportaciones, que nos ayudan a vivir con mayor sentido humano y cristiano la realidad actual. ¡Gracias, José Antonio!

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  4. ... pero yo me pongo en tus manos, con la esperanza de que nada se pierda, nada de cuanto ahora peno, sufro y quiero. Álzame hasta tu regazo y cálmame... Amén

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