El
domingo 9 de Diciembre de 2018 comenzamos con la mañana en oración y con la
historia del místico dominico Juan Taulero y el mendigo, en la cual después de
una conversación entre místico y mendigo, llena de sorpresas, éste último
finaliza diciendo, después de preguntarle Taulero, ¿Donde está su reino?: “mi
reino está aquí, en mi corazón, el reino de Dios está dentro de nosotros, lo
que nos puede hacer, no un día, muchos días o toda la vida, felices, sin que
nada nos rompa o afecte más de la cuenta, es tener a Dios dentro de nosotros”.
Como
pregunta de reflexión, abordamos la siguiente,
¿Si Dios nace en Belén y así lo recordamos en Navidad, pero no nace en
mí, en mi casa, ni soy feliz ni puedo hacer feliz a los demás? Está pregunta
daría titulo a la quinta jornada expuesta por Fray José Antonio.
¿Pero
como puede nacer en mi, en mi alma y en mi casa? Esta pregunta de gran
actualidad, también se la hacían los místicos y aunque parezca que la respuesta
tendría que ser una experiencia mística, no es así, es una experiencia nueva y
humana. Así puede nacer Dios en mi alma y en mi casa. Nos podríamos cuestionar,
¿Qué quiere decir eso de nuevo en lo humano?. Para ello el texto de San Juan en
su primera carta, capítulo 4-7,21 nos ayuda a responder la pregunta (… quien no ama a su hermano a quien ve, no
puede amar a Dios a quien no ve …) (… quien ame a Dios ame tambien a su hermano
…).
El
mensaje a reflexionar no tiene nada nuevo en la teoría pero si mucho en la
práctica, pues las expresiones del amor ni están caducas ni se han agotado. Se
trata de que Dios nazca en mi alma y en mi casa. ¿Cómo? Permitiendo que el amor
se exprese en mi. No es tanto la devoción de decir recibo a Jesús que nace en
Belén, cuanto el amor en el que El nace, que está en mi. Para que se manifieste
hay que expresar el amor a los demás.
En
la capacidad. que tiene el amor, ni está todo dicho ni está todo hecho. Ese
texto de la carta primera de San Juan, yo soy amor, Dios es amory la vida
podría ser amor y esto podría ser una experiencia de renacer, volver a empezar
en el amor y está al alcance de todos y es para todos y es para siempre.
Jesús,
lo que ha traído es el germen divino del amor metido en lo humano, en todo lo
humano, personas, situaciones …, todo lleva ese germen de amor. A ese germen hoy
lo llamamos solidaridad, justicia, libertad y engloba todas las manifestaciones
de lo bueno. El amor de Dios ha prendido en lo humano de tal manera que lo
humano todavía no se ha hecho divino pero está llamado a hacerse. En esto se ha
manifestado el amor en el que nos ha dado a su propio hijo, el nacimiento.
El
Dios de la Navidad no es otro que el amor oportuno que llega y que necesitan
los hombres aunque nunca se lo hubiesen imaginado. El nacimiento del amor en mi
alma y en mi casacomo nunca lo habría vividopodríamos decir es el secreto para
no envejecer nunca,
Debemos
volver, en oración, a creer en el amor y las posibilidades que puede tener en
la vida. Permitir que el amor de Dios, en la humanidad, vuelva a hacer nuevas
todas las cosas. El amor puede hacer nuevo todo, el amor hace nuevas todas las
cosas pero si no nace en mi, en mi alma,
seguimos siendo unos desgraciados. El secreto de la fe cristiana es la
Encarnación del amor de Dios en el hombre. Todo lo humano se hace divino cuando
permitimos que el amor que lleva salga y este es el misterio y el mensaje de la
Navidad al que me quiero preparar.
¿Qué
pasaría conmigo si yo permitiera que el amor prendiese de nuevo en mi?. Hablamos
de un injerto de vida nueva que es capaz de transmitirnos Dios. Este injerto de
vida puede llegar en lo caduco, en el fracaso, en la enfermedad, en las
limitaciones y Jesús es el injerto divina para que podamos empezar a vivir de
nuevo.Si supiésemos y pudiésemos aprovechar nos contagiaríamos de esta vida
nueva tan necesaria para todos y se vería reflejado en la participación no
solamente en la misa de difuntos.
El
Papa, tiene mensajes oportunos que transmitirnos cuando llegan días tan
señalados y lo hace con un lenguaje muy profético:
El
nacimiento de Cristo renueva los corazonesy hace que podamos tener el deseo de
un futuro más fraterno y con más alegria. El Amor y sus manifestaciones deberían
ser para siempre, es decir una Navidad los 365 días del año. Sin Jesús no hay
Navidad. Puede haber fiestas, pero sin El hoy, no hay Navidad hoy. Si en el
centro de mi vida no está El todo es superficial, como las luces que encienden
y se apagan, como las tradiciones o las comidas, todo pasa pero El permanece.
Un
símbolo de la ternura de Dios, dice tambien el Papa, es el niño entre pañales, si, si lo vamos a
seguir poniendo y no es un infantilismo, ni es un cuento romántico, es un
símbolo de la ternura de Dios. Necesitamos ese símbolo porque nos hemos ido
endureciendo mucho en la vida y perdido el niño interior que llevamos y nos
insta el Papa a recuperar el niño que llevamos dentro.
También
nos preguntamos, si no nos va a pasar lo que les paso también a María y a José
que no encontraron posada para ellos y para el niño. ¿Hay lugar en nuestras
vidaspara la ternura? ¿O nos hemos ido haciendo tan adultos que ya no tenemos
más que ideas o razones y brusquedades? Volver a la ternura dice el Papa y encontrarnos
con el niño que llevamos dentro y ese niño divino que llevo dentro tiene mucho
futuro. Dice también el Papa: Vamos a Belén, “y tú Belén no eres la última de
la ciudades, porque de ti nacerá Dios”. ¿Donde buscar a Dios hoy? Pues en los
rincones, donde nadie quiere ir, ni nadie piensa que El pueda estar. Allí es
donde está.
El Papa,
al hablar de la Navidad,habla de como reconocer, recibir y dar a Dios cuando
llega. La Virgen en Navidad, nos permite entender que hay que acogerlo y no
superficialmente, sino en el corazón y nos indica el verdadero modo de recibir
el Don De Dios. Hay que recuperar el niño divino que llevamos dentro.
La vida
interior es lo más rico que tiene la humanidad, el valor, nosotros nos hemos
acostumbrado a valorarnos desde otro punto de vista, unos a otros ¿Y por qué no
desde la interioridad? Porque las riquezas que somos y que tenemos las llevamos
en el interior, por ahí la Virgen nos ayuda.
Y
habla también el Papa de no cansarnos en seguir siendo buscadores de estrellas.
No cansarnos en ser buscadores de estrellas. Se pregunta el Papa, ¿qué estrella
sigo yo en la vida? Al verlo a El dejaron de ver la estrella. Cuando lo
descubrimos a El ya no hay otras fantasías, El es nuestra estrella. Hay
estrellas deslumbrantes, pero que no orientan en el camino. La estrella del
Señor aunque no sea deslumbrantees la que tranquiliza, te lleva de la mano de la vida y te acompaña
siempre. ¿Cual es mi estrella? ‚Es verdaderamente la fe en Jesús una estrella
que va guiando mi vida?
Otra
consideración que hace el Papa, nos dice que el mejor regalo que podemos hacer
en darnos a los demás. Ofrecernos como regalos. La experiencia Cristiana y
humana de darse, hace que se multiplique el don. Cuando me doy El se me da y Cuando
El se me da, yo me puedo dar con más generosidad.
¿Cómo
puedo permitir que el nazca en mi alma y en mi casa? ¿Cómo puedo hacer para ser
feliz y hacer felices a los demás? Acogiéndolo a El. Y el el camino es el
camino de la fe en lo humano, profundizar en lo humano para ver a Diosy es ese
el gran secreto de la fe cristiana, que no hemos explotado siempre.
¿Cómo
me puedo preparar para vivir una nueva Navidad? Rejuveneciéndome y volviendo a renacer. ¿Qué
manifestaciones de amor me pueden ayudar a vivir de esta manera? No olvidando el gesto de San Juan, Dios es
amor, y todo el que ama nace de Dios y conoce a Dios. Realmente el amor no
consiste en que nosotros hayamos amado a Dios sin que el nos amara primero y
por eso envío a su hijo, para librarnos de todos los males, sufrimientos y
pecados. Creo que merece la pena apreciar y vivir la Navidad de esta forma.
Antonio Palacios Granero
Antonio Palacios Granero
- Fraternidad laical dominicana
Sto. Domingo de Scala Coeli
y P. Posadas -