jueves, 20 de diciembre de 2018

RETIRO DE ADVIENTO 2018 (I)

El  fin de semana del 7 al 9 de diciembre tuvo lugar en el Convento de Santo Domingo de Scala Coeli el retiro de Adviento dirigido por Fray José Antonio Segovia O.P. dentro de las actividades programadas para el curso 2018-2019.

                         

        Su aplazamiento hizo que coincidiera por primera vez en mucho tiempo con la celebración de la Inmaculada Concepción. Por tanto, el lema “con María en el centro” como inspiración no solo en nuestras oraciones sino en el clima de recogimiento interior y búsqueda con el que todos subimos.
           
           Comenzamos la tarde del viernes día 7 con una reflexión en la que el profeta Isaías nos da un enfoque de lo que significa vivir el Adviento. Is40, 1-11 habla de cómo prepararnos y lo plantea desde la vida. Nos regala tres actitudes para comenzar siempre de nuevo:

CONSOLAD

HABLAD AL CORAZÓN

GRITAD…

QUE EL SEÑOR ESTÁ CERCA
         
         La palabra de Dios nos llega como consuelo, presencia, ánimo para preparar sus caminos de Dios.
        
           El Adviento sin Navidad no tiene sentido. Pero no todos los preparativos nos llevan a Jesús, porque en nuestro mundo, incluso en nuestra Iglesia, puede haber una Navidad sin Jesús. Por eso merece la pena preparar la tierra del corazón. Ello requiere tres talantes:

1.    El gusto de volver a empezar. La ilusión de estrenar algo, la vida, la fe. No se trata de una acción cronológica sino espiritual. El Adviento nos ofrece esperanza para empezar cada día en medio de las limitaciones, el desconcierto, los nubarrones. En medio de todo, Dios clarea.
            Y la Encarnación del hijo de Dios nos dice que en todo lo humano, siempre hay un brote.

2.    ¡Estar alerta y vigilantes!. Merece la pena conectar con esa vida nueva. Dios no se hace viejo, vuelve a empezar otra vez.

3.    ¡Animáos!, ¡Alegráos!.Se requiere un esfuerzo especial para levantar el ánimo, la fe y estar cerca de quienes lo han perdido. Es necesario que abracemos caminos de esperanza en los desiertos de nuestra sociedad, que allanemos las simas de las desigualdades. Es necesario que la realidad actual la veamos con optimismo e ilusión y no con quejas y abatimiento.

Terminamos con preguntas como:

-       ¿Cómo me siento ante la venida del Señor a mi vida?
-       ¿Soy optimista, alegre y positivo como fue María, o soy pesimista?


                                                                                               Paqui Morales Sillero
                                                                                      - Fraternidad laical dominicana
                                                                                        Sto. Domingo de Scala Coeli
                                                                                                    y P. Posadas -