domingo, 13 de mayo de 2018

La mesa de la Palabra: Miedo vs. esperanza.


Miedo vs. esperanza

No dejan de recordarnos los analistas sociopolíticos que en el panorama mundial actual nos encontramos con el miedo, como uno de los actores más determinantes. Nos venga esta perturbación angustiosa por conflictos no solucionados –terrorismo planetario, olvido de las víctimas-, o por movimientos demográficos no afrontados con valentía en sus causas –ingentes corrientes migratorias del sur al norte-, o por supremacía de lo económico sobre lo social y político, o por la existencia de minorías dirigentes manifiestamente venales y cortoplacistas en exceso, o por todos estos indicadores a la vez, lo cierto es que hacen que la inseguridad y el miedo sean compañeros de nuestro vivir diario. Por esto, no faltan quienes llegan a afirmar que los gobiernos actuales se justificarían de sobra si acertaran a gestionar con pericia los miedos que la población mundial manifiesta hoy de una forma o de otra. La realidad parece estar lejos de este deseo.

De cualquier forma, atinado o no este diagnóstico, no deja de ser un desafío insoslayable para los seguidores de Jesús de Nazaret y las comunidades creyentes que, por razón de ser, hacemos profesión de la esperanza como modo de vivir y como nuestro mejor activo teológico y moral. Por eso su importancia, y la urgente respuesta que de los seguidores de Jesús de Nazaret se espera. Creemos en el Dios de la esperanza, el que en Jesucristo ha desplegado toda la potencialidad de nuestra vida, pues ponemos nuestra confianza no en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos, como tantas veces proclamó el apóstol Pablo. Por eso, todos nosotros tenemos el mejor futuro, aunque no exento de riesgos, porque estamos enraizados en Cristo Jesús, el mejor antídoto de nuestros miedos.



Fr. Jesús Duque OP.