Gestos de Domingo
Uno de los
gestos de N.P.Santo Domingo más celebrado es aquel que dispersa a los frailes
domiciliados en la iglesia de San Román, con el fundacional programa de predicar, estudiar y fundar comunidades.
En nuestra familia dominicana lo conocemos por Pentecostés dominicano, aunque
la decisión fuera tomada en agosto, en la fiesta de la Asunción del año 1217. ¿Y
por qué lo llamamos así?
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Según indica fray Jordán de Sajonia, el mejor de los Guzmanes adoptó
esta medida tras invocar al Espíritu Santo, cocinarla en el interior de su
corazón y con la firme convicción de que la semilla amontonada se pudre
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El estupor que en algunos se desencadenó, fue respondido por Domingo
de Guzmán con firmeza: No os opongáis, sé
bien lo que hago.
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Nuestro Padre siempre transmitió a sus frailes y hermanas el tenor del
salmo 126; es el Señor el primer constructor de su casa, y los frailes
predicadores los albañiles que siguen las indicaciones del maestro constructor
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Sólo el Espíritu del Señor es el que hace posible la lógica al revés
tan propia de la compasión de Dios que nos dice el Evangelio o el inverso
panorama del Magnificat y el programa del profeta Isaías que Jesús proclamó en
la sinagoga de Nazaret
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El encantador legado de Nuestro Padre según el cual quien se abandona
al seguimiento fiel del Maestro nunca es abandonado por la fuerza del Espíritu;
éste no sólo confiere resistencia ante las dificultades del servicio
predicador, sino también valentía y desparpajo ante las autoridades y poderosos
de nuestro mundo cuando de dar razones de nuestra esperanza puesta en Él se
trate. Porque es el Espíritu el que pone la palabra oportuna en los labios del
predicador cuando éste se ocupa solo de decir el mensaje humanizador de Jesús
de Nazaret
Es de agradecer el gesto del Pentecostés dominicano
que aquí se evoca, aunque solo sea para recordar que los dominicos somos
servidores de la causa humanizadora de nuestro mundo, el Reino de Dios. Inmenso
honor para tan hermoso servicio.
Fr. Jesús Duque OP.