jueves, 24 de marzo de 2016

JUEVES SANTO

Nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo;
en él está nuestra salvación, vida y resurrrección,
él nos ha salvado y libertado.





Muertos a toda voluntad propia espiritual o temporal,
preocupémonos de correr, es decir,
 no de buscar el propio consuelo espiritual
sino sólo el alimento de las almas,
deleitándonos en la cruz de Cristo crucificado
y en dar la vida, si es preciso,
por la gloria y alabanza de su nombre.

[Sta. Catalina de Siena]



Nosotros, cuando somos injuriados,
aguardamos a que el tiempo cure nuestras pasiones
y queremos que entre tanto esté ociosa la virtud y la razón.
Aguardamos también a que la humildad
y el reconocimiento de nuestros malhechores nos aplaque,
y así venga a ser el perdón más virtud ajena que nuestra.
Nada de esto mira el Salvador;
no aguarda que se cierren las llagas ni que el tiempo cure las injurias,
sino en medio de las heridas de su cuerpo
 y de las palabras que tiraban como saetas a su corazón,
dice: PADRE, PERDONALOS. 

[Fray Luis de Granada]