Los Frutos del Espíritu ( y II):
* La AMABILIDAD, que hace concreto y creíble el amor que somos. La amabilidad respira libertad y, sobre todo, suaviza y facilita las relaciones. No bloquea ni obstaculiza el crecimiento de los otros.
* La BONDAD, que deja a los otros mejor que los encuentra. Implica ver el bien en mi y en las personas que me rodean. Ver lo bueno en la persona y pasar por encima de lo malo, hasta llegar al fondo y encontrar lo bueno.
* La FIDELIDAD, que mantiene la palabra y el empeño en el bien de todos. Es un combate alentado en la confianza de saber de quién nos hemos fiado.
* La MANSEDUMBRE y el DOMINIO DE SI. Mansa es la persona cuya madurez humana y espiritual transmite confianza por todo aquello de lo que tiene lleno el corazón. Dueño de sí es aquel que no se deja arrastrar por los demás, que decide libremente lo que quiere y lo que no quiere.