Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo; ábrase la tierra y brote al Salvador
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros,
que, por el anuncio del ángel,
hemos conocido la encarnación de tu Hijo,
para que lleguemos por su pasión y su cruz
a la gloria de la resurrección.
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