Concédeme, Señor Dios, un corazón:
Vigilante, que
ninguna curiosidad me aparte de ti;
·
Noble,
que
ninguna influencia indigna le envilezca;
·
Recto,
que ninguna intención siniestra lo desvíe;
·
Firme,
que
ninguna tribulación lo debilite;
·
Libre,
que
ningún afecto vieolento lo reclame.
Concédeme , Señor Dios Mío:
·
Inteligencia,
que te conozca;
·
Diligencia que
te busque;
·
Sabiduría que
te encuentre;
·
Conducta
que
te agrade;
·
Perseverancia que
te espere confiada;
·
Y Confianza,
de que un día al fin te abrazaré.
Concédeme soportar ya aquí las pruebas como penitencia,
servirme ya aquí de tus beneficios por tu gracia, y gozar de tu gozo en la
patria para tu gloria. Tú que vives y reinas y eres Dios por los siglos. Amén
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