Padre, me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo;
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo;
lo acepto todo
con tal que tu voluntad
se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo más, Padre.
con tal que tu voluntad
se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo más, Padre.
Te confío mi alma.
Te la doy con todo mi amor...
Porque te amo
y necesito darme,
ponerme en tus manos,
sin medida,
con una confianza infinita,
Porque Tú eres mi Padre.
con una confianza infinita,
Porque Tú eres mi Padre.
(Bto. Ch. de Foucauld)
Hoy tiene un nuevo sentido para mi estos impresionantes sentimientos.
ResponderEliminarPoco a poco entrastes en nuestras vidas, con tu humildad y bonito buen hacer.
Actualmente, estas en los corazones de cada uno de los que formamos la familia Rodríguez-Román.
Ante tu partida, la verdad que hemos sentido una gran dosis de tristeza y otra de alegría por "sus nuevos proyectos" que Él tiene para tí.
Aparte de ser "buena gente", eres un gran profeta de estos tiempos y UN GRAN MAESTRO EN VENDER SUEÑOS.
Un gran abrazo con muchísimo amor